Esta semana, Pedro Sánchez anunciaba en el Senado la subida del Salario Mínimo Interprofesional hasta los 1.080.-€, cumpliendo otro compromiso de su mandato. Sergi Soler, candidato a doctor en Historia Política, firma este argumentario sobre esa decisión.

El contexto europeo actual marcado, sobre todo, por la guerra de Putin, ha provocado una fuerte inflación y un encarecimiento general en el coste de la vida y algunos bienes necesarios como la luz o el gas. Una de las mayores preocupaciones ciudadanas, como es lógico, es la subida de productos y servicios sin un acompañamiento en el incremento de los salarios.

Esta problemática alcanza a muchos colectivos, siendo uno de los más perjudicados los jóvenes, que cada vez encuentran mayores dificultades a la hora de iniciar sus proyectos vitales en un nuevo hogar o, simplemente, conseguir disponer de algunos ahorros para lograr una buena calidad de vida.

Los salarios no solo no crecen al ritmo que deberían dadas las circunstancias, sino que a efectos reales, llevan bajando durante años, provocando una pérdida de poder adquisitivo que perjudica al conjunto de la sociedad. Mientras que los precios han aumentado un 17% en la última década, los salarios solo lo han hecho en un 10,6%, provocando un diferencial de casi 7% y afectando de manera nada desdeñable a las posibilidades, entre otros, de acceso a la vivienda, que si en 1999 requerían cuatro salarios anuales para lograr su compra, ahora son necesarios al menos ocho, doblando el precio a efectos prácticos.

El gobierno ha ayudado a paliar los efectos de la crisis energética y habitacional interviniendo mercados para evitar precios disparados; ha entregado ayudas a millones de hogares, empresas y al conjunto del tejido productivo; se han puesto en marcha ERTEs y ayudas que han beneficiado a la mitad de las empresas del país; se han aplicado contundentes descuentos e incluso gratuidad en el transporte público que beneficia al conjunto de la ciudadanía; ha batallado y logrado en Bruselas medidas únicas, sin precedentes, que sitúan a España como líder y referencia en la lucha contra la crisis energética provocada por la guerra de Putin; se han bajado impuestos a trabajadores, PYMES y a autónomos e incluso el IVA de muchos productos de primera necesidad se ha visto reducido para facilitar a las familias lograr una buena calidad de vida.

Pero todo esto no es suficiente. El compromiso de #ElGobiernodelaGente es no dejar a nadie atrás. Por eso es tan necesaria la subida, una vez más bajo éste gobierno, del salario mínimo, que pasará a los 1.080€, situándose en el 60% del salario medio del país, cumpliendo con nuestro compromiso. No es suficiente con dar a nuestros conciudadanos lo necesario para sobrevivir, hay que dar lo necesario para vivir.

Los gurús de lo terrible y los profetas del desastre argumentarán, intentando crear miedo y pánico, que los empresarios se ahogarán, que los despidos se dispararán, y que el país caerá irremediablemente por culpa de un contubernio bolivariano, como tratan de hacer creer cada vez que el Gobierno ha presentado un plan de mejora del SMI, pero la única realidad es que algunas grandes empresas aumentan sus beneficios incesantemente, repartiendo bonus millonarios entre sus ejecutivos sin aumentar ni un céntimo el de sus trabajadores. Siempre es bueno recordar que, tanto la empresa como, sin ninguna duda, el trabajador, son los ejes constructores de sociedades y productores de bienes, por lo que este gobierno piensa que es justo que se recompense los esfuerzos de todas las personas que contribuyen diariamente al crecimiento del país, evitando que los beneficios se queden siempre y exclusivamente en manos de consejeros delegados, u otros cargos directivos y nunca repercutan en mejorar el poder adquisitivo de reponedores, administrativos o dependientes sin los cuales el éxito de la empresa sería impensable.

El modelo de España que perseguimos y buscamos es un país que deje de ser atractivo por tener la mano de obra barata y trabajo precario y que no obligue a nuestros jóvenes –y a nuestro talento- a emigrar en busca de mejores oportunidades. Por estos motivos este ejecutivo, mediante el dialogo y el acuerdo social, ha subido de nuevo el SMI, convirtiéndose en el segundo país de la OCDE que más lo ha hecho, logrando un aumento de 36% desde el inicio de este Gobierno, pasando de 735€ a los 1.080€ mensuales, siempre, eso sí, con la oposición más dura de la bancada neoliberal, cuyas medidas basadas en los recortes nos condujeron a un hoyo sin fondo durante la grave crisis económica de 2008.

Nuestra España es la España comprometida con el estado del bienestar en la que los servicios públicos protejan y funcionen, en la que los trabajadores sean recompensados por sus esfuerzos y en la que los jóvenes no dependan de la cartera de su familia. Un país con trabajos dignos y salarios acordes que fortalezcan e impulsen a las clases medias y trabajadoras.