Montse Mínguez es diputada socialista en el Congreso, portavoz en la Comisión de Presupuestos y secretaria de Empleo, Economía Social y Trabajo Autónomo de la Ejecutiva Federal del PSOE.  

Nuestro país es uno de los países de Europa que mejor está sorteando la crisis provocada por la guerra en Ucrania. El Gobierno ha desarrollado un plan anticrisis ambicioso y admirado en la Unión Europea, que a día de hoy ha destinado, en total, 45 mil millones de euros para proteger a la mayoría social. Y todo ello, a pesar de la negativa y de los pronósticos catastrofistas del PP de Feijóo. Un PP que miente sin descaro y que solo espera que a España le vaya mal para que a ellos les vaya bien, sin confiar en las fortalezas de nuestro país ni en las decisiones valientes y acertadas de nuestro Gobierno.

Frente a ese discurso catastrofista, está nuestro presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha logrado generar confianza tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, demostrando un compromiso firme para doblegar la curva inflacionaria, como también lo hizo con la curva de la COVID-19. Y a su lado, siempre, el Partido Socialista.  

Un Gobierno que es consciente de cómo la inflación está golpeando a la ciudadanía española desde el año pasado, y, por ello, ha llegado a un acuerdo para subir las pensiones contributivas el 8,5%, y el 15% las pensiones no contributivas y el Ingreso Mínimo Vital, demostrando así que los y las socialistas apostamos por la protección del poder adquisitivo de nuestros y nuestras pensionistas.

Pero en el contexto inflacionista que vivimos, no podíamos olvidarnos del impacto y la erosión del poder adquisitivo de los salarios y por eso celebramos esta semana el acuerdo de la subida del Salario Mínimo Interprofesional un 8% en 2023, pasando de 1.000 a 1.080 euros mensuales.

Más de 250.000 trabajadores y trabajadoras catalanas van a ver incrementado su salario, la mayoría mujeres y jóvenes. La repercusión de la subida del SMI también se extiende a otras esferas, como al cobro de subsidios y prestaciones de los desempleados.

Cuando los y las socialistas estuvimos en la oposición, durante la etapa de Rajoy, defendimos a capa y espada que el SMI debía subir para poder cumplir con la recomendación de la Carta Social Europea, que invita a los países a establecer un salario mínimo en torno al 60% del salario mediano de cada país, y cuando llegamos al Gobierno reafirmamos ese compromiso. Y hoy cumplimos, porque hoy es un hecho. El Partido Socialista y el Gobierno cumple con quien depositó su confianza en ellos, y cumple también con Europa.

La decisión de subir el SMI corresponde al Gobierno y por eso el Partido Popular no tiene que escenificarlo en una votación. Pero ¿alguien duda de que hubieran votado en contra? Hay que recordar que durante el periodo del gobierno del Partido Popular (2011-2018), el SMI pasó de 642 euros a 736 euros mensuales. Subió, en 7 años, 94 euros al mes. Si lo comparamos con el periodo 2019-2023, con el Gobierno de Pedro Sánchez, ha subido de 736 a 1080 euros al mes. En cuatro años se ha producido un incremento de 344 euros mensuales.

Dejadme también que ponga en duda que votaran a favor de esta subida JxCat o la CUP o, como vimos en la votación del último plan de medidas para hacer frente a la guerra de Ucrania, ERC. Al diario de sesiones me remito: ni JxCat ni la CUP votaron a favor de incrementar las pensiones, y ERC, por ejemplo, votó en contra de la reforma laboral que tantos efectos positivos ha tenido sobre el mercado laboral.

Los y las socialistas llevamos en nuestro ADN la lucha por mejorar las condiciones de las personas trabajadoras para conseguir preservar la cohesión social y reducir la tasa de pobreza laboral. Hemos trabajado y seguiremos trabajando en cada decreto, en cada ley y en cada nuevo derecho. Porque queremos un país donde todo el mundo tenga un salario digno, donde la desigualdad cada vez sea menor, y en el que no demos ni un paso atrás en derechos.