El núcleo central de la obra de Omri Boehm es una denuncia y una advertencia del abandono de la idea de un humanismo universal impulsado por la Ilustración y su sustitución por un posthumanismo identitario, que ha abandonado el ideal kantiano de la humanidad como una categoría moral en favor de su consideración como categoría biológica. Con ello ha cambiado la idea de que existen verdades superiores que son evidentes por la de la construcción de identidades parciales, exclusivas y excluyentes que favorecen la desaparición de ciertas verdades como valores absolutos. Esta tendencia al antiuniversalismo y al identitarismo no afecta solo a la derecha, sino que también ha impregnado a una parte de la izquierda y del “centro” político. Además, ha acarreado el peligro de que parte de la oposición a las “identidades”, al perder el referente del universalismo, ha reforzado otra “identidad” que protege a los privilegiados.
El libro se centra en el análisis de tres momentos históricos concretos: la Declaración de Independencia de los EE.UU., la definición de la Ilustración por parte de Kant y la reinterpretación del relato bíblico del sacrificio de Isaac. En los tres casos, Boehm destaca la presencia de valores universales que se sitúan por encima de las realidades concretas y que definen la veracidad y la justicia de los actos.
Así, la Declaración de Independencia afirma “Sostenemos como evidentes estas verdades; que los hombres son creados iguales, que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”, que se sitúan por encima de su concreción en la posterior Constitución de los EE. UU. y de su aplicación en las políticas prácticas, que pudieron y pueden reflejar o no estos principios “evidentes”, pero que siempre están ahí como guía.
Lo mismo ocurre en la obra de Kant en su definición de la Ilustración como una defensa de esas verdades universales y de una manera de pensar por uno mismo para ver si la realidad refleja o no dichos valores. Este pensamiento no se puede hacer en soledad, sino que se debe compartir a través de la amistad con otras personas que comparten una visión similar de lo que es la Ilustración y que permiten expresarse con mayor libertad que ante un público mucho más amplio. Pero, en cualquier caso, se tiene que defender la verdad frente a las conveniencias o los intereses que puede defender mayoritariamente la opinión pública.
El tercer elemento es la reinterpretación radical del sacrificio de Isaac, que tradicionalmente se considera el ejemplo de la obediencia de Abraham a los mandatos de Dios. Pero Boehm opina que se trata de todo lo contrario si nos remitimos a la reconstrucción de la versión más antigua del relato, en la que Abraham cuestiona el mandato de Dios porque no se ajusta a la idea de justicia que está por encima de Dios y que también lo obliga.
El análisis de estos tres casos le permite al autor demostrar que no existe ninguna autoridad que se pueda situar por encima de los valores absolutos de humanidad o justicia y que por eso las personas tienen la obligación de buscar la justicia, de manera que una ley injusta no es una ley, y todo ser humano tiene la obligación de seguir este precepto que se sitúa por encima de la humanidad.
Este análisis le permite explicar en el Epílogo que el sionismo es una manifestación extrema de esta política identitaria y que la superación del conflicto palestino-israelí no se puede basar en la radicalización de las identidades (la solución de los dos estados), sino en recurrir al universalismo de la igualdad entre las personas que permite diluir entre sí las identidades.
Una obra corta (176 páginas) pero de calado, que requiere una lectura pausada y muy atenta para captar todos los detalles e implicaciones de la defensa que hace el autor del universalismo y su denuncia de las “identidades” que ponen en duda no solo la unidad esencial de la humanidad, sino conceptos tan fundamentales como los de verdad o igualdad.
No se trata de una lectura fácil puesto que requiere conocimientos previos del pensamiento de Kant y de la historia de la Ilustración, así como de las interpretaciones tradicionales del relato bíblico del sacrificio de Isaac pero es sin duda una buena aportación al debate sobre los populismos identitarios y también sobre la situación del conflicto palestino-israelí, que merecería su traducción al castellano y al catalán (el libro, escrito en inglés, solo se ha publicado en su traducción al alemán).
Las referencias bibliográficas y algunos comentarios adicionales se encuentran en las notas que se agrupan al final del libro y no son excesivas, al no tratarse de un ensayo académico en un sentido estricto.
F.G.L.
Omri Boehm: nacido en Haifa (Israel) en 1979, es un filósofo israelí de ascendencia alemana y en la actualidad profesor de filosofía en la New School for Social Research de Nueva York. Formó parte del Programa Interdisciplinario Adi Lautman para Alumnos Destacados de la Universidad de Tel Aviv y obtuvo su doctorado en la Universidad de Yale, antes de emprender estudios postdoctorales en la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich. Realizó el servicio militar en el servicio de inteligencia interior israelí, Shin Bet. Su primera obra, The Binding of Isaac: a Religious Model of Disobedience, atrajo atención por ser una reinterpretación radical del relato bíblico del sacrificio de Isaac al considerar que la desobediencia y no la obediencia a Dios es la piedra angular de la fe judía, lo que entronca con sus estudios sobre Kant y su interpretación de la Crítica de la razón pura como una respuesta a la Ética de Spinoza, tema de su tesis doctoral. En su último libro, Haifa Republic, plantea un futuro más democrático para Israel basado en un estado binacional, israelí y palestino, siguiendo el modelo de convivencia multicultural de la ciudad de Haifa.
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