José Zaragoza es diputado en el Congreso y coordinador de los diputados y diputadas del PSC en esa cámara.
El pasado martes, en la sesión de control del Senado, el presidente del Partido Popular, Núñez Feijóo, en otra de sus torpes intervenciones, le pidió al presidente Pedro Sánchez que “deje de molestar a la gente de bien”.
Analizando el significado de sus palabras, parece que para Feijóo la labor que está llevando a cabo el Gobierno aprobando leyes para proteger a la ciudadanía y avanzar en derechos son una “molestia”; y las personas que se benefician de ellas, que son la mayoría de la sociedad, no son “gente de bien”.
Entonces, ¿nos está intentando decir el señor Feijóo que todos aquellos autónomos, las pequeñas y medianas empresas, los trabajadores, las familias de clase media y trabajadora; los pensionistas, los sanitarios, los profesores, los beneficiarios de las becas, los beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital, de la subida del Salario Mínimo Interprofesional, del bono cultural, los beneficiarios del bono social eléctrico, los que reciben ayudas a la vivienda o los que se benefician del transporte gratuito son “gente de mal”?
Tal vez el señor Feijóo confundió a “la gente de bien” con “la gente bien”, con la que está acostumbrado a codearse. Porque no es lo mismo ser gente de bien, que gente bien.
Tal vez el señor Feijóo confundió a la mayoría de los españoles con aquellos con los que se subía al yate y lo que quiso decir es “deje de molestar a la gente bien”
Tal vez, la intención de Feijóo fue decirle al presidente del Gobierno que deje de molestar a las empresas eléctricas y financieras con su impuesto para gravar los beneficios extraordinarios que están teniendo como consecuencia de la guerra en Ucrania; que deje de molestar a los que más tienen con el Impuesto de Solidaridad a las grandes fortunas; que deje de molestar a la patronal subiendo el Salario Mínimo Interprofesional; que deje de molestar a las élites que quieren seguir viviendo en el pasado y no quieren ni oír hablar de avanzar en derechos. En definitiva, que deje de molestar a aquellos que más tienen, a sus “colegas bien”.
Es vergonzoso que un político que quiere intentar presidir nuestro país haga esta distinción, tachando a la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de “gente de mal” y a una reducida minoría de la sociedad de “gente de bien”. Pero eso no es más que la muestra de que no hay nada nuevo bajo el sol del Partido Popular. A Feijóo ya se le ha caído la careta del moderado. Feijóo lleva tiempo demostrando que ni él ni su partido tienen la mínima intención de dejar de hacer la misma oposición destructiva que hacía el -ya hace un año- defenestrado Casado, y mucho menos de cambiar su discurso, que está más cerca del Vox de Tamames que de cualquier tipo de moderación.
Confundido o no, está claro que la intención de Feijóo es la de proteger a las clases altas, a sus “amigos bien”, y dejar de lado a la mayoría social. Y no lo digo yo, lo dijo él con sus palabras.
Frente a su descaro y sus políticas para beneficiar solo a los que más tienen, estamos y estaremos los socialistas protegiendo a los que más lo necesitan y haciendo de España un país más justo e igualitario.