Hace una semana en el mundo de la educación empezó una situación sin precedentes. El jueves todos los centros educativos estaban esperando la noticia definitiva que, antes o después, tenía que llegar: el Govern ordenó el cese de la actividad lectiva y el cierre de los centros educativos durante 15 días.
Este cese sorprendió a muchos centros educativos, que no estaban preparados para afrontar esta nueva situación. Durante el viernes, los equipos directivos empezaron a pensar cómo podían continuar con la actividad lectiva. Tenían que pasar a la educación on-line.
Las indicaciones recibidas en aquel momento eran que esa actividad no debería servir para avanzar materia, sino para ayudar a mantener las rutinas, el hábito de estudio y contribuir al desarrollo de la autonomía personal y que fuesen significativas para el aprendizaje. Seguramente habrá familias que se pregunten el por qué. La respuesta es clara. Esa actividad lectiva pasa por utilizar las tecnologías de la información y la comunicación: plataformas de aprendizaje, vídeo-conferencias, canales de Youtube, etc. Desgraciadamente, hay que tener en cuenta que aún existe la llamada brecha digital, entendida en el sentido de desigualdad para acceder a la información, y no todo el alumnado puede disponer de un ordenador en casa o de conexión a internet. Además hay que pensar en las diferentes circunstancias familiares de apoyo al alumnado, sobretodo en el caso de la educación obligatoria. Estos factores influirían negativamente en la equidad de la educación.
Desde aquí también quiero agradecer la labor que están realizando los y las profesionales de la educación, que desde casa no dejan de trabajar, intentando mantener la rutina diaria del alumnado.
Día a día se van notificando novedades en este ámbito: aplazamiento de la preinscripción escolar, de la selectividad, dudas sobre qué pasará con el curso escolar… Intentemos entre todos mantener la calma, actualmente tenemos otras prioridades. Hay que ser solidario y quedarse en casa, para poder frenar este virus. Entre todos lo podemos conseguir.
Aprovechemos estos días para disfrutar de la familia, realizando actividades conjuntamente: cocinar, leer, ver películas y series, sacar del armario esos juegos de mesa para los que nunca tenemos tiempo…
En resumen, aprovechemos estos días para hacer todas esas cosas que siempre decimos que nos falta tiempo.