Por Daniel Martínez, presidente de Memòria Socialista y primer secretario de la JSC de L’Hospitalet.

A principios de este mes de noviembre, fue exhumado el General Golpista Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena en Sevilla. Queipo, fue el responsable directo en Andalucía de más de 45.566 personas asesinadas durante la guerra civil y los primeros años de la dictadura franquista.

Se consiguió exhumar a este genocida, gracias a la nueva Ley de Memoria Democrática aprobada e impulsada por el partido Socialista, conforme al artículo 35, punto 4, que dice así: “Cuando los elementos contrarios a la memoria democrática estén ubicados o colocados en edificios de carácter público, las instituciones o personas jurídicas titulares de los mismos serán responsables de su retirada o eliminación. Carecerán de visibilidad los retratos u otras manifestaciones artísticas de militares y ministros asociados a la sublevación militar o al sistema represivo de la Dictadura. A tal efecto, no podrán mostrarse en lugares representativos y, en particular, despachos u otras estancias de altos cargos, espacios comunes de uso, ni en áreas de acceso al público”.

Lo importante en este de esta ley, y a pesar de exponer un punto de la misma, no es en sí lo que pone en la misma, (si bien si es importante), sino la dignidad que nos aporta como sociedad. La misma noche de la exhumación de Queipo de Llano y a las puertas de la Basílica, se encontraba Paqui Maqueda, presidenta de la asociación memorialista, Memoria Nuestra, gritando los nombres de algunos de los asesinados por Queipo durante la dictadura y la guerra civil, y sufriendo algunas mofas por parte de la familia del golpista.

Son las personas como Paqui, la que tienen que hacer que las personas progresistas de este país nos ruboricemos de haber tardado tantos años en meternos de lleno en la cuestión de la memoria democrática de nuestro país, pero a la vez orgullo de pensar que hay todo un entramado de entidad memorialistas, que han estado durante años manteniendo la vela de la dignidad y el recuerdo de los que nos fueron arrebatados a manos del fascismo e intentaron tapar lo sucedido.

Esta nueva ley de memoria, no solo trae dignidad, trae justicia y reparación, dando además en gran parte respuesta, a las reivindicaciones que durante tantos años han hecho des del mundo memorialistas las docenas de entidades que hay en muchas comunidades autónomas y repartidas por todo el territorio español, e incluso internacional con entidades de las brigadas internacionales en Londres, Parma o Paris sin ir más lejos, por no hablar de los dictámenes de la ONU.

Des de Memoria Socialista, estamos encantados con la nueva ley, y con la valentía y dignidad que le dan a nuestro país personas como Paqui Maqueda, que han defendido la verdad, la justicia y el recuerdo, aun hay muchos franquistas que por desgracia están en lugares de preponderancia donde se les rinde honores inmerecidos e impropios de una sociedad democrática del siglo XXI, pero poco a poco con el esfuerzo de las entidades en la calle, y con un gobiernos socialista, la dignidad de la democracia y de los que ya no están, vuelve a nuestro país.