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“Calumnia que algo queda”. Por Luis Miguel Guerra.

1 març 2023

"Calumnia que algo queda"
Luís Miguel Guerra es historiador, novelista y secretario de Formación de la federación del PSC de Barcelona y miembro del Comité de Redacción de l’Endavant!.  

Tengo algunas aficiones y una de ellas es visitar librerías. Grande o pequeñas, da igual, si tengo tiempo entro y miro por las estanterías, sobre todo por motivos vocacionales y profesionales, todo aquello que tiene que ver con la Historia. Y, también, raro es que no salga con algo, para escándalo de mi casa en la que dicen ya no cabe más. Podría utilizar el digital pero hasta en eso soy peculiar, ya que me alineo con Gutenberg.

Pero este artículo no va de esto, pero sí de una visita, no diré a una librería sino a la sección de libros de unos grandes almacenes no especialmente cuidadosos en cuanto a lo que se publica…

Me acerqué al rincón de la mesa en la que había algunas novedades de Historia y allí estaba el último del profesor Viñas sobre las relaciones de la IIª República y la URSS, sin duda, como todo lo publicado por él, muy bien documentado. Pero comencé a ver algunos títulos como “Historia criminal del Partido Socialista” de una editorial desconocida y cuyo logo aparecía en más lomos, en la estantería. Los autores, conocidos personajes del estruendo mediático de la derecha metidos ahora a pseudohistoriadores y en cuyas pestañas biográficas alardeaban de sus colaboraciones en La Razón, COPE, El Mundo, ABC, Trece TV… Pero no era sólo esa, sino que había otra editorial también desconocida, pero con un número de obras más que notable del mismo género, denuncias al partido socialista, la culpabilidad de la izquierda en la guerra civil, alguno sobre la capacidad, en positivo, política de Franco y las maldades de la II República, en sus etapas izquierdistas por supuesto. Ni rastro de los sellos que publican cosas serias: Crítica (salvo el nombrado de Viñas), Galaxia Gutenberg, Taurus, etc. No quisiera pensar que existe algún tipo de vinculación entre el lugar de venta y semejante selección inusualmente numerosa. No sé qué clase de público puede leer semejantes parodias, pero creo que no es el objetivo primordial, basta con lo espectacular de los títulos y la incendiaria contraportada, propaganda destinada a algunos que tendrán suficiente como para pensar que si lo dicen los papeles… Si se publica, algún fundamento tendrá y si encima hay tantos…

Como yo sí soy historiador recuerdo perfectamente en qué momentos se ha producido esta oleada de publicaciones cuya relación con la ciencia histórica es nula, tanto como la dedicada al negacionismo del Holocausto. Narraciones falseadas con justificaciones ni siquiera neofranquistas, sino franquistas directamente, datos incompletos cuando no falsos, tesis ideológicas que no científicas, en fin, un disparate. Pues bien todo comenzó durante la mayoría absoluta de Aznar, con Pío Moa, un publicista elevado a los altares mediáticos de aquella TVE de Urdaci y compañía. Y después dos momentos más, durante Zapatero y ahora que se acercan las elecciones. No hay que mirar mucho para darse cuenta de la relación entre el lenguaje y terminología de PP y VOX y semejantes panfletos así como la oportunidad de su publicación.

Muchos allí había, pero dos me llamaron la atención: uno en el que se acusaba a Pedro Sánchez de romper el estado y llevarnos a la guerra civil (libro que decía ser de historia ya que lo comparaba con las habilidades políticas de Franco) y otro en el que el nombrado Moa hablaba de charlatanes tales como Manuel Tuñón de Lara, Enrique Moradiellos, Preston y unos cuantos más, estos sí, prestigiosos historiadores… Sin comentarios.

Calumnia que algo queda, o como decía Gooebels, ministro de propaganda nazi, repite mil veces una mentira que alguien la creerá. Basta el número para que alguien piense que puede ser verdad.

Afortunadamente, en las librerías de verdad no cabe esta bazofia, quizás porque siguen siendo templos de la verdad, el debate y la crítica razonada y no actores de la ceremonia de la confusión.

Pero no hay que menospreciarlos. Cuando te enfrentas, aunque sea intelectualmente, a alguien sin escrúpulos tienes las de perder porque él se mueve en el lodazal con soltura.  La ignorancia y la mala leche no conocen freno y alguien dijo una vez que no había nada más fuerte que el odio. Mal asunto si un día volviera a tener el poder, porque, desgraciadamente, en España ya los conocemos y los sufrimos.

Termino con una cita de Albert Camus: “Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa”.