Actualitat

“Artistas de la destrucción”. Por Luís Miguel Gerra.

11 abril 2023

"Artistas de la destrucción"
Luís Miguel Guerra es historiador, novelista y secretario de Formación de la federación del PSC de Barcelona y miembro del Comité de Redacción de l’Endavant!. 

Anda la izquierda de la izquierda revolucionada, algo que deberían tener a gala puesto que de esto se trata desde el lejano 1917. “Sumar” y “Podemos”, “Podemos” y “Sumar”, incluso pongámosle nombres, Yolanda Díaz versus el tándem, aunque no sé si calificarlo de número de ventriloquía, Belarra/Iglesias. Incluso diría más, no sé quién es la escisión de quien. La tradición manda ver los toros desde la barrera, pero como esto es mucho más serio que una pelea por un espacio político o un “quítate que me pongo yo”, me voy a permitir opinar y analizar el asunto, ya que nos jugamos tener un vicepresidente llamado Abascal y otro tándem en la presidencia a lo Monchito y José Luis Moreno (si los más jóvenes a lo mejor no saben de qué hablo, consultar al señor Google) el de Feijóo/Ayuso.

Si analizamos el devenir histórico de la izquierda dispuesta a asaltar los cielos la cosa va de enfrentamientos continuos. Rupturas, renegados, disidencias, desviaciones, sectores críticos, escisiones y todas ellas en nombre de la pureza ideológica. Leninistas, Trosquistas, Stalinistas, Luxemburguistas, maoístas, comunistas libertarios, eurocomunistas, por-yugoslavos, pro-albaneses, castristas, III Internacional, IV Internacional…Y aunque a algunos le suene a broma vean “La vida de Brian” y el Frente Popular de Judea.

Pero, lejos de aprender, parece que lo de enfrentarse es parte innegociable e irrenunciable de ese mundo, aunque conduzca a la destrucción, como si el destino estuviera escrito. El objetivo final de todo esto, o, al menos, eso es lo que parece, incluido el de verse aplastados por la derecha y la extrema derecha, es una especie de autocastigo, de penitencia por ocupar un espacio que es propiedad de los fuertes y que merece un castigo a lo Sísifo por atreverse a suplantarlos. O también puede ser una cuestión estética. El romanticismo de la derrota es como un agujero negro para algunos. Se sienten irremisiblemente atraídos por él.

Analicemos el origen de Podemos, el movimiento llamado de los indignados ya que es el tema que nos ocupa, siempre en el bien entendido que en este momento de mi vida me considero un socialdemócrata clásico que es lo más revolucionario que hay vista la realidad del mundo que nos rodea y que, por lo tanto, mi punto de vista va por ahí.  Y aunque resulte contradictorio recomiendo leer para empezar un artículo que escribió Antonio Gramsci en 1931, pensador fundador del PCI al que siempre hay que recurrir para abrir vías de análisis. El escrito trata de los movimientos espontáneos y sus consecuencias (“Espontaneidad y dirección consciente” se titula) La primera de ellas que el que consiga hacerse con él y controlarlo tiene las de ganar, aunque algunos nos son tan espontáneos como parecen y ya nacen con marchamo, aunque después muchos se unan a él creyendo a pies juntillas lo de su pureza jugando a la indignación y que la razón les asiste hagan lo que hagan, porque lo hacen desde ese buenismo y la simplicidad de su pensamiento. Recuerdo un acto de homenaje a las Brigadas Internacionales en el que los indignados de la plaza cercana se unieron después de hacerse con banderas republicanas, lástima que las pusieran al revés y lo que eso significa, pero allí fueron que para eso tenían la razón absoluta, ¿de qué? No lo sé, pero la tenían. Muchos viejos luchadores que acuden cada año, algunos con cárcel a sus espaldas les increparon, ya se puede suponer la contestación, la ignorancia es atrevida. O el día de homenaje a Allende en que pidieron hablar y el orador echó un vistazo a la Wikipedia porque no había oído hablar de él en la vida, eso sí, dijo que el presidente chileno había sido honrado no como todo lo que había en ese momento allí presente, un auditorio fiel desde que hace muchos años tuvo lugar el primer homenaje.

Siempre me ha resultado curioso que el 11M no se manifestara contra la mayoría absoluta de Rajoy tras el triunfo de este y los desmanes que cometió contra el estado bienestar (sólo recuerdo a las denostadas y tradicionales organizaciones obreras calificadas como todos de casta en este asunto) Lo mismo que la posibilidad para escoger entre bufete caliente o frío para los ocupantes de la Puerta del Sol. También que un profesor de políticas se acercara por allí y no se hablara de él en ningún momento y no liderara nada tan aficionado a coger un micrófono y pontificar en tono de rapeo destilando indignación. Sin embargo, apareció en una tertulia de la Sexta, marca blanca de la muy derechosa Antena3, repitiendo una y otra vez epítetos contra la clase política en general y adjudicándose las reivindicaciones de la movilización además de poseedor de la verdad. En ese momento se podría decir que era un izquierdista de manual ya que cargaba precisamente contra la izquierda, en concreto el PSOE, porque era evidente que sus comentarios a la derecha le resbalaban y no sólo eso si no que estaban encantados (no hay más que leer a Pedro Arriola, asesor estrella del PP y lo que pensaba del nuevo grupo) Orador populista, que no brillante, sabedor de que simplemente el tono de la soflama hace que muchos piensen que es verdad lo que dice soltaba titulares para Twitter pontificando verdades indiscutibles, en resumen dogmas. Claro que un profe de políticas que recomienda como lectura “La ética de la razón pura” de Kant, una obra que nunca existió, resulta curioso en cuanto a sus conocimientos. Recomendación rapeada en un acto público ¿Objetivo? No lo sé, pero el caso es que la derecha obtuvo mayoría absoluta. No olvidemos aquella máxima revolucionaria también adoptada por el conservadurismo reaccionario “Cuanto peor, mejor”. Después el folclorismo populista de camisas compradas en Alcampo, que debió colgar en los armarios de un casoplón que ningún obrero de este país puede pagarse ni en tres vidas, bolis Bic aireados en la tele, piso compartido en Bruselas abjurando del sueldo del Parlamento europeo, lo curioso es que pocos recuerdan al eurodiputado Iglesias. Menosprecio de privilegios como el coche oficial, todo el mundo sabe que los chóferes son un grupo de élite. Los sueldos, las manifestaciones continuas sospechando de todo por el mero hecho de estar en lo público frente a la honradez casi mística de la nueva política que iba en metro y vivía como el común de los mortales.

Había nacido Podemos y sus círculos. El que rodeaba al líder, de hierro, auténtico y desconocido politburó mientras no tardó en aparecer la purga con las figuras de primera línea del nuevo grupo que se habían exhibido con parrafadas de dudosa inspiración el día que entraron en el Congreso, alguna con criatura al pecho incluida. Y comenzaron a surgir los azotes de la socialdemocracia, que no de la derecha, puesto que todos estábamos equivocados, la izquierda no se había visualizado nunca hasta que ellos llegaron, el PSOE era fruto de la Transición, un pacto entre fascistas igual que la Constitución, como dijo una vez el diputado de ERC Rufián ante el embeleso de algunos podemitas. Daba igual que Solé Tura o Gregorio Peces Barba hubieran estado en la redacción. El caso era hablar y siguieron. Ada Colau, la que nunca quiso ser política y suspiraba por volver al activismo (ahora está pegada a Yolanda Díaz, por qué será) llamó mafia y delincuentes al PSC. Una de sus seguidoras más fieles en el Ayuntamiento de Barcelona se despachó en una emisora de ámbito nacional diciendo que el problema del PSC era que todos sus militantes cobraban un sueldo. Belarra odia profundamente al PSOE, aún no la he escuchado ningún cometario en positivo del gobierno al que pertenece, lo mismo que Echenique que viajando desde Ciudadanos encontró en el adanismo podemita su causa. Ellos habían inventado desde la democracia participativa (que nunca han practicado) hasta el feminismo. Piensan que la izquierda sólo existe desde que existen ellos, la verdadera (Pablo Iglesias dixit aunque la maldita hemeroteca recuerde que durante un tiempo decía que no eran de derechas ni de izquierdas a la manera de José Antonio en el discurso inaugural de Falange)

La humanidad esperaba su llegada y así ocuparon un espacio. Después cosas como hacer repetir unas elecciones generales que había ganado el PSOE, liquidar la posibilidad de un gobierno de izquierdas en el ayuntamiento y la comunidad de Madrid dividiendo sin pudor el voto entre los leales y los desafectos y, en una acción de chiste llegando tarde a inscribir listas, la Junta de Andalucía.

La consecuencia de ir por separados a las elecciones está clara, pero lejos de evitarlo a toda costa los artistas de la destrucción se deleitan en sus habilidades. La voladura controlada de Madrid y Andalucía parece no haber enseñado nada a algunos, o a lo peor, que los dinamiteros no lo hicieron por error. Ahora la pieza es mayor, el gobierno de España. Un gobierno que ha hecho avanzar el país contra viento y marea y, a lo que ha contribuido el partido minoritario de la coalición, sólo faltaría. Pero el pragmatismo no es el fuerte de algunos, el agujero negro está ahí, incluso hay quien debe calcular el beneficio de ser derrotados, el nihilismo al que ellos sobrevivirían alcanzando el cielo finalmente. Y no parecen ver que lo de enfrente es muy poderoso y que el gobierno progresista puede verse sustituido por lo más involucionista de los últimos tiempos, y mira que es difícil teniendo en cuenta su antecesor, pero ahí están.

Volviendo a Gramsci. Habría que hablar de si lo de “Sumar” y Yolanda Díaz es un movimiento espontáneo porque la reacción del líder en la sombra de “Podemos” ha sido furibunda para controlarlo como sea. Espero que esta vez el realismo socialdemócrata si haya tomado nota y se haya adelantado porque si no, la locura autodestructiva de la extrema izquierda hará estragos y si es un troyano y lo dejamos llegar hasta el final tendremos un nuevo descalabro.

Es necesario que a la izquierda del PSOE haya una izquierda fuerte con un electorado fiel porque lo que viene es una pesadilla. España ha sufrido muchos años aquello que en otro artículo describí como hegemonía de la derecha más involucionista de Europa fruto del triunfo en una guerra civil. Pero para ello, repito, hay que ser realista, olvidarse de tomar los cielos por asalto y apartar de la política para dedicarse a otras cosas a todo el que desde irreductibles posiciones o inconfesables lealtades interfiera en ello. La legislatura completa y más de doscientas leyes fruto de la colaboración del gobierno de coalición y del diálogo con otras fuerzas, ejemplo máximo de lo que debe ser la política y que han convertido a España en vanguardia de la UE lo atestiguan. Es muy serio lo que nos jugamos