Actualitat

Anna Lindh (1957- 2003)

9 maig 2025

La figura de Anna Lindh, ministra de Asuntos Exteriores de Suecia, representa no solo un liderazgo político comprometido con el progreso social y la integración europea, también fue el símbolo de una era de estabilidad socialdemócrata en el país escandinavo. Su trágico asesinato en 2003 conmocionó a Suecia y al mundo, y significó, para muchos, el fin de una etapa histórica marcada por los valores de solidaridad, justicia social y europeísmo.

El 10 de septiembre de 2003, en plena campaña para la adhesión de Suecia al euro, la ministra de Asuntos Exteriores del gobierno socialdemócrata, Anna Lindh, fue apuñalada en unos grandes almacenes de Estocolmo, tenía 46 años. El ciudadano sueco de origen serbio, Mijailo Mijaitovic, se abalanzó sobre ella y la apuñaló cuando se encontraba comprando sin escolta. La ministra murió la madrugada del día siguiente, el asaltante fue detenido a las pocas semanas, juzgado y confeso, y fue condenado a cadena perpetua. El móvil del crimen se estableció como un odio irracional por la clase política; el impacto internacional fue extraordinario. Anna Lindt representaba el largo periodo de prosperidad socialdemócrata sueco que había admirado Europa, y que ya se había truncado con el asesinato en 1986 de su principal forjador, Olof Palme. Podemos afirmar que el asesinato de la ministra sueca mostraba también el fin de una época, de la que era una cabal representante, el tiempo de los 30 gloriosos y su prolongación tras la caída del muro de Berlín. El siglo XXI debutaba mostrando una faz siniestra.

Anna Lindh, había nacido en 1957 en un suburbio de Estocolmo. Muy pronto se interesó por la política y a los 12 años se afilió a la Organización de la Juventud Socialdemócrata (SSU), convirtiéndose en 1984 en su presidenta, cargo que ostentaría hasta 1990. Antes había estudiado derecho en la Universidad de Uppsala, y fascinada por la figura política de Palme, participó activamente en las protestas contra la guerra de Vietnam que tanta amplitud tuvieron en Suecia, hasta el punto de que Palme como primer ministro ofreció asilo político a ciudadanos americanos disconformes con la guerra y perseguidos en su país.

Pero la carrera política de Anna Lindh, aún y a pesar de su muerte prematura, fue larga y densa. Elegida diputada nacional en 1982, en unas elecciones que devolvieron a Palme a la jefatura del gobierno, dejó el escaño para dedicarse a la juventud socialdemócrata plenamente en 1984. Al cesar en dicho cargo, fue elegida en 1991 como concejal de Cultura de Estocolmo, donde impulsó el Teatro de la ciudad. Permaneció en el ayuntamiento hasta 1994, cuando el primer ministro la nombró ministra de Medio Ambiente con 34 años. En dicho ministerio impulsó decididamente las políticas de preservación del medio ambiente y las directivas europeas en dicho campo. En 1998 pasó al Ministerio de Asuntos Exteriores, donde permaneció hasta su trágica muerte. Como ministra de Asuntos Exteriores coordinó la presidencia sueca en 1991, participando decisivamente en la resolución de la cuestión de Macedonia, e impulsando junto a Javier Solana la política exterior común.

En los días de su asesinato, estaba participando activamente en la campaña a favor de la entrada de Suecia en el euro, la moneda común, campaña de la que se convirtió en un símbolo. El referéndum, que no fue suspendido por el asesinato, finalmente dejó al país escandinavo fuera de la eurozona.

Su muerte fue la confirmación trágica de aquello que había anunciado el asesinato de Palme: el fin de un período de prosperidad sueca, obra de la socialdemocracia sueca, que era la envidia y un ejemplo para el mundo entero. Causó un enorme impacto en la sociedad sueca, en la familia socialdemócrata europea y mundial, en el movimiento feminista y en el europeísmo. La Unión por el Mediterráneo, creada poco después, gracias al impulso del ministro español de Exteriores Miguel Ángel Moratinos, y fruto del llamado Proceso de Barcelona, creó en Alejandría la Fundación Anna Lindh para el Diálogo entre las Culturas.

J.F.S.