Diez años después de la derrota de ETA – Odón Elorza (El Diario Vasco, 30-09-2021)
Diez años de libertad – Patxi López (El Correo, 20-10-2021)
Fin de ETA. Diez años que transformaron nuestro mundo – Ramón Jáuregui (El País, 13-10-2021)
ETA anunció el fin sus acciones terroristas en octubre de 2011. A pesar de tardar después más de seis años en anunciar su disolución, nadie en aquella época dudó que nos encontrábamos en el punto final de una larga pesadilla de violencia y terror. Atrás quedaban muchos años de falta de libertades en Euskadi, de asesinatos (en Euskadi y fuera de ella), de secuestros, de amenazas, de extorsión, de violencia callejera, de complicidad y silencio, y de un clima social irrespirable. También fueron años de valiente resistencia de unos pocos (siempre menos de lo deseable), años en que los perseguidos políticamente, los que debían protegerse y llevar escolta, los candidatos asesinados en medio de campañas electorales, eran paradójicamente los representantes de los partidos no nacionalistas en la oposición y no tanto quienes gobernaban habitualmente las instituciones en el País Vasco. Años de movilizaciones pacíficas que solo en contadas ocasiones alcanzaron el vigor propio de una sociedad sana.
Diez años después, tres socialistas vascos de larga trayectoria política y conocimiento práctico de la materia (no olvidemos que hacer política en Euskadi en aquellos años era una actividad de alto riesgo) publican sendos artículos en diferentes medios de comunicación, en los que podemos apreciar un amplio consenso en algunos aspectos claves: que el final del terrorismo fue resultado de la presión policial, judicial, internacional, del Estado de Derecho, que la democracia venció al terror totalitarista identitario de ETA, que esta no consiguió ninguno de sus objetivos, y que no se pagó precio político alguno.
La necesidad de recordar y reconocer a las víctimas y a las personas que resistieron, que expresa Patxi López en su artículo, tiene también un lugar destacado en el artículo de Odón Elorza, al proponer que sea el Congreso de los Diputados la institución democrática que reflexione con rigor sobre el significado del final de ETA, sobre la victoria de la democracia, y que recuerde a las víctimas con la dignidad que merecen. No en vano fue el Congreso quien mandató al gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, con Alfredo Pérez Rubalcaba como ministro del Interior, desarrollar un proceso dialogado con la banda para acabar con su actividad sin contraprestaciones políticas.
El tiempo transcurrido no es aún suficiente para que podamos considerar a la sociedad vasca como una sociedad plenamente sana, que se haya mirado en el espejo con honestidad y haya hecho un sincero examen de conciencia. En ese sentido, por un lado, Patxi López alerta de que algunas ideas que sustentaban a ETA aún perduran, y, por otro lado, Ramón Jáuregui apunta con necesaria crudeza que no fue la sociedad vasca quien venció a ETA: su reacción fue excesivamente tardía y débil, y la soledad de quienes se alzaban contra el totalitarismo fue grande durante mucho tiempo.
Reconocer, recordar, luchar contra el olvido para que la historia no pueda nunca más repetirse. En todo ello también coinciden los tres autores, quienes, por otra parte, tienen más trabajos y reflexiones publicados sobre la cuestión.
Precisamente con el fin de profundizar en la reflexión acerca del componente político del final de ETA, y desmontar falacias como la que sostiene que la banda no ha sido en verdad derrotada, la revista Grand Place (que publica semestralmente con mucho mérito la Mario Onaindia Fundazioa) dedica su número monográfico del pasado mes de octubre al fin de ETA. Además de contar con artículos de fondo a cargo de Ramón Jáuregui o Patxi López, recoge artículos de voces tan interesantes como Jesús Eguiguren o Andoni Unzalu, quien nos advierte que la construcción de la verdad del pasado tiene por delante un camino largo y complejo hasta llegar a un consenso social, y nos deja unas cuantas reflexiones expresadas sin tapujos que convendría repasar para no caer en la autocomplacencia.
F.G.A.
Odón Elorza (San Sebastián, 1955) es diputado al Congreso por Guipúzcoa desde 2011. Anteriormente, y durante veinte años, fue alcalde de San Sebastián. Asimismo, ha sido parlamentario vasco, miembro de la ejecutiva del PSE y de la ejecutiva federal del PSOE.
Patxi López (Barakaldo, 1959) es diputado al Congreso por Vizcaya y miembro de la comisión ejecutiva federal del PSOE. Fue lendakari del Gobierno Vasco de 2009 a 2012, y secretario general del PSE-PSOE de 2002 a 2014.
Ramón Jáuregui (San Sebastián, 1948) fue presidente de la primera gestora municipal donostiarra al inicio de la democracia. Parlamentario vasco en la primera legislatura y secretario general de UGT del País Vasco hasta 1982, fue nombrado delegado del gobierno en el País Vasco, cargo que ocupó hasta 1987. Ese año se formó el primer gobierno de coalición entre el PNV y el PSE, que había ganado las elecciones, y fue nombrado vicelendakari. Fue candidato socialista a lendakari en 1990 y 1994. Fue secretario general del PSE de 1988 a 1997. Posteriormente, ha sido miembro de la ejecutiva federal del PSOE, diputado al Congreso, europarlamentario en diferentes mandatos, y ministro de la Presidencia del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.