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Los cuatro pilares de la socialdemocracia del siglo XXI – Tezanos, J.F. (Revista Temas, octubre 2022)

14 febrer 2023

El autor elabora una propuesta clara sobre los cuatro ejes centrales que deberían ocupar el debate de la socialdemocracia en los próximos años, basándose en la realidad sociológica de nuestros tiempos en Europa y el mundo occidental.

El PSOE celebra una larga existencia de más de 140 años y siempre ha sido el adalid de los ideales emancipadores del socialismo, así como la fuerza política que más ha defendido y representado a las clases trabajadoras. En todos los gobiernos desde la democracia, ha gobernado durante el 58,7%, mientras que el PP lo ha hecho durante el 28,3% y UCD el 13%.  Catorce décadas después de su fundación, ha sido capaz de ajustar sus mensajes y programas a la realidad social cambiante, y ahora se enfrenta a una progresiva complejificación de los tiempos, que le impulsa de forma permanente a estar al día y adaptar su utopía transformadora para orientarnos hacia una mayor igualdad social.

Tanto las estructuras sociales como económicas han ido transformándose en los últimos decenios y diferentes crisis han ido modulando su forma, a la vez que las instituciones de diferente nivel han ido intentando dar respuesta a las diversas situaciones. Desde la socialdemocracia, este siglo XXI debe atender especialmente a cuatro pilares. Tres de ellos responden a las prioridades habituales, con sus matices, pero hay que añadir un cuarto, muy importante, si queremos evitar una auténtica fractura social.

Los pilares

El primer pilar es el constituido por los sectores sociales y laborales actuales, que presentan una mayor diversidad a nivel laboral, si la comparamos con los obreros del siglo XIX. El socialismo democrático español se dirige a todas las clases medias-trabajadoras, sin olvidar los mecanismos de desigualdad que se produce en las más desfavorecidas, e intentando evitarlos o minimizar sus efectos.

El pensamiento progresista e igualitario, en segundo lugar, ha hecho avanzar el feminismo desde las premisas socialistas, en tanto que los valores como la igualdad y la libertad afectan a todo ser humano que es sujeto de discriminación por su condición personal. El feminismo se ha posicionado como eje central de la ideología socialdemócrata en el PSOE, de forma que ha permitido el avance claro de propuestas emancipadoras para las mujeres en los últimos decenios.

El tercer gran pilar que se ha ido configurando con el tiempo tiene que ver también, y de forma más genérica, con los idearios de progreso y emancipación humana.  Nuevas realidades sociales, personales y políticas hacen que la reflexión sobre las diferentes complejidades deba encontrar su encaje en la ideología socialista. Si bien hace poco parecía claro cuáles eran las propuestas ideológicas que se enmarcaban claramente en los partidos de la Internacional Socialista, ahora debemos encajar los cambios importantes en las estructuras sociales y familiares, los nuevos derechos individuales y la propia lógica de los sistemas de producción.

El papel que representa el trabajo, por ejemplo, va evolucionando, a causa de las tecnologías de la información y comunicación, hacia modelos en los que cada vez es menos necesaria la presencia física o la participación del trabajador. También el papel de sindicatos y líderes obreros ha ido disminuyendo su fuerza organizativa y movilizadora en un mundo laboral cada vez más individualizado y desagregado.

El cuarto pilar que debe incorporarse en los objetivos prioritarios de la socialdemocracia es el de la precariedad con la que viven nuestros jóvenes y las consecuencias que esta tiene sobre los proyectos personales y el modelo social en general. Las carencias que se detectan en la evolución de las estructuras sociales, laborales y políticas de nuestras sociedades están llevando a una o dos generaciones al riesgo de involución social y constitución de un subprecariado que una sociedad moderna no debería tolerar.

Los jóvenes españoles estén sufriendo los mayores procesos de movilidad social descendente intergeneracional que se conocían desde hace mucho tiempo. Después de un esfuerzo considerable realizando estudios y primeros trabajos precarios, se encuentran durante años con una precariedad laboral que les impide emanciparse, progresar y ascender en la escala social. Una escala social regresiva que conlleva una acumulación de carencias sociales, y los riesgos de que se produzcan momentos de “explosión” temporal, como ya está sucediendo en algunos casos, creando peligrosas tendencias exclusógenas.

Los partidos socialistas deben atender esta prioridad e incorporar los intereses y necesidades de estos colectivos en la estructura central del proyecto socialista, entre otras cosas, porque estos elementos pueden ser la semilla de nuevos procesos generadores de desigualdades estructurales y fractura social de largo espectro.

El debate necesario

La dimensión ideológica de la socialdemocracia ha de adaptarse a todas estas realidades y es importante impulsar de nuevo los debates teórico-prácticos de proyección futura, como se hizo en España con el pionero Programa 2000. Las nuevas formas de comunicación permiten una reedición de la discusión ideológica y programática para seguir adaptándonos a las nuevas realidades y ser útiles a la sociedad. Las estructuras clásicas de los partidos socialistas deberían permitir el avance hacia este diálogo, abriéndolo a la sociedad e impulsando iniciativas verdaderamente innovadoras que generen interés y atención de capas sociales dispuestas a participar en la creación de soluciones para una sociedad presente y futura.

I.S.N.

José Félix Tezanos Tortajada (Santander, 5 de agosto de 1946) es doctor en Ciencias Políticas, sociólogo, escritor y profesor, presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) 

Los cuatro pilares de la socialdemocracia del siglo XXI – Tezanos, J.F. (Revista Temas, octubre 2022)