Actualidad

Por Cataluña y por las Comarcas Tarraconenses

22 marzo 2024

Rosa María Ibarra

Fue anunciar la convocatoria de elecciones y empezar los ataques por tierra, mar y aire. Objetivo a abatir: Salvador Illa y el PSC. Así, horas después del anuncio electoral los dirigentes independentistas ya “advertían” de que Salvador Illa era "el delegado de la Moncloa". Repiten así la típica metodología del viejo pujolismo. Es decir, hay unos candidatos “de aquí, de casa” y otros son “los de fuera, los delegados” de no se qué. Y no le fue mal esa estrategia al señor Jordi Pujol. Recuerdo todavía el lema de una campaña de CiU que llevaba por título: “en casa, Convergència i Unió”. Está claro, ¿no? En casa "nosotros", no "los de fuera". No le fue mal inventarse esa idea-fuerza al señor Pujol, no, pero si le fue mal a Catalunya. Sabéis cómo definieron al presidente Pasqual Maragall cuando llegó a la presidencia de la Generalitat? Pues como el "presidente delegado de la Moncloa". Nada nuevo, vaya, bajo el sol.

¿Y qué han hecho los portavoces del Vox-PP? Pues exactamente lo mismo… cambiando los sustantivos. Así, si por los estrategas del independentismo el PSC es el partido “delegado de Madrid”, por el tándem de la derecha-extrema derecha somos “la cara B del independentismo”, los “títeres del señor Puigdemont”, los “blanqueadores de los golpistas”, etc, etc. Y todo.

Y esto es lo que debemos dejar atrás. Estas definiciones espurias que pretenden distinguir entre buenos y malos catalanes, o entre “los de aquí” y “los de allá”. La política de blogs, la que insulta, la que divide a Catalunya, es decir, la vieja política, la mala política, la que se traduce en dos Cataluñas que se dan la espalda mutuamente, camino seguro de la decadencia de todos.

Ahora es la hora, definitivamente. De pasar página, de volver a unirnos en torno a unos servicios sociales de excelencia que beneficien a los casi 8 millones de catalanes y catalanas, sin exclusiones.

Que el PSC y Salvador Illa sean los rivales a abatir por todos nuestros adversarios significa dos cosas. Primera, que ocupamos la centralidad política (no el centro, sino la centralidad, el palo de pajar -que dirían algunos- del progreso y la convivencia del país). Y, segunda, tenemos opciones más que reales de ganar -como ya lo hicimos en el 2021- y también, ahora sí, de gobernar.

La Generalitat dispone de un presupuesto superior a los 42.000 millones de euros, con un cuerpo de 250.000 funcionarios y con más de 20.000 Mossos d'Esquadra, por poner solo algunos ejemplos. Estamos convencidos de que con este dispositivo político se pueden hacer más y mucho mejores de lo que se ha hecho, más bien de lo que no se ha hecho, durante estos últimos 10 años.

Sin acritudes, sin recriminaciones, pero recuperando consensos y, como siempre recuerda Salvador Illa, hablando de “las cosas de la comida”, es decir, haciendo menos discursos abalanzados teóricos sobre Cataluña y hacer más para conseguir que los catalanes y catalanas vivan mejor.

Y esto es lo que debemos decidir los catalanes y catalanas en las urnas dentro de pocas semanas. Si quieres volver a tener una Generalitat que tenga como prioridad la calidad de los servicios públicos que dependen de ella -que son muchos-, y que resuelva los problemas reales que tiene el común de los mortales a pie de calle -por ejemplo, el de la sequía- tu opción es el PSC de Salvador Illa.   

En el caso de las comarcas tarraconenses hay un elemento adicional más: si quieres que estemos presentes -con inversiones concretas- en los presupuestos de la Generalitat tu opción es el PSC de Salvador Illa. Y si alguien/alguna tiene alguna duda de que repase los presupuestos de los últimos años que han sido aprobados después de ser negociados con el PSC y los que no. Y su duda se esbozará pronto…