En las últimas elecciones, a tres días para ir a votar, los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña nos encontramos con un hecho inédito. Recuerdo: una entidad privada -que ya no recuerdo ni cuál era- exigió a los partidos independentistas que nada de hablar o pactar con el PSC después de las elecciones. O sea, en nombre del pueblo de Catalunya los independentistas se comprometieron a "no hablar, ni pactar" con el primer partido de Catalunya en apoyo electoral. Estos días de precampaña son muchos los periodistas que me preguntan qué significa esto que decimos los socialistas de “pasar página” de estos últimos 10 años. Pues precisamente eso, pasar página de la intransigencia, del fanatismo, y de la voluntad de exclusión sistemática de una parte sensible del pueblo de Catalunya -la que sea-.
El PSC no va contra nadie, ni participará nunca de ningún frente excluyente. Por el contrario, somos conscientes de que para avanzar es necesario que el país alcance acuerdos amplios y transversales. En consecuencia, no queremos “echar a nadie”, tan sólo avanzamos que no pactaremos nada con aquellos que agitan discursos de odio, es decir, Vox y los incondicionales de la señora Orriols.
Nosotros, el PSC de Salvador Illa, ni os mentimos prometiendo “planes secretos de jugadas maestro” que después terminan como terminan, ni os mareemos con “jornadas históricas” que no lo son, ni perderemos ni un minuto al enviar cartas al presidente de Kosovo. Tampoco le prometemos soluciones mágicas a los problemas que tenemos como sociedad. Lo que sí que nos comprometemos es a trabajar, trabajar y trabajar con los medios de los que dispone la Generalitat -que son muchos, sin ir más lejos, un presupuesto anual superior a los 42.000 millones de euros- para mejorar su día a día cotidiano. Como dice Salvador Illa, nos dedicaremos a "las cosas de la comida".
¿Cómo conseguirlo? Pues cómo lo hicieron nuestros padres y madres (y cómo lo hicieron, al mismo tiempo, sus padres y madres). Aprovechando el talento, la creatividad y la determinación de los catalanes y catalanas para hacer avanzar al país. Lo más importante de la presidencia de Salvador Illa será conseguir unos servicios públicos de excelencia. Precisamente por ello, crearemos un comisionado por el autogobierno para realizar una auditoría de cómo están los servicios públicos, detectar las carencias y conseguir mejorar en salud y educación públicas, prestaciones sociales, etc. Si los catalanes y catalanas vamos unidos en torno a unos objetivos de bienestar social seremos invencibles. En cambio, divididos y peleados perdemos. Y con “frentes excluyentes”, no vamos ni en la esquina.
Y esto es lo que tendremos que decidir en las elecciones dentro de unas semanas. O bien optamos por el cambio que representa el PSC de Salvador Illa o bien tendremos el revoltijo de estos últimos años. No lo digo con menoscabo, lo digo literalmente: más inestabilidad -Gobiernos que no duran-, más ineficacia -presupuestos que no se aprueban- menos resultados políticos -liderazgos institucionales bajo mínimos-. No se trata sólo de ganar sino de obtener una gran mayoría para llevar a cabo las transformaciones que Catalunya necesita y evitar que se articule un enésimo “frente excluyente” con el único objetivo de cerrar el paso a quienes han ganado. Entonces nos encontraríamos con una situación de bloqueo permanente, con un Gobierno en funciones derrotado en las urnas y sin capacidad política para hacer nada bueno. No quiero abusar -como han hecho tantos en estos últimos años- de epítetos grandilocuentes, pero sí quiero explicitar que nos encontramos en un cruce que marcará no sólo nuestras vidas, sino la de nuestros hijos. Si ganamos y tenemos mayoría por gobernar tendrá exactamente eso: un Gobierno solvente, que durará cuatro años, que aprobará los presupuestos cuando tocan para mejorar los servicios públicos, y que garantizará la estabilidad necesaria para hacer avanzar al país. Ah, y muy importante teniendo en cuenta lo que se ha llegado a prometer estos últimos diez años: que no os mentirá nunca. Ni menos, ni menos. De tu voto depende de que sea una realidad.
Rosa María Ibarra
Candidata del PSC por Tarragona