ARTÍCULO DE OPINIÓN DE MIQUEL YLLA, SECRETARIO DE ORGANIZACIÓN DEL PSC DE VIC

Publicado en El 9 Nou, viernes 3 de febrero de 2023.

Un hombre mayor me acecha con ojos azules de mirada seria. Tiene la frente ancha y bien labrada; la reja ha trabajado duro, ha cuadriculado la piel. La gran labrada tan sólo ha respetado el frente del cuero cabelludo, que así puede lucir unas pequeñas manchas vinosas. Más allá se adivina una pequeña mata de cabello gris y flácido que se ha hecho amigo de la escarcha.

Los ojos azules de los que os hablaba se hunden bajo unas cejas abundantes y rebeldes. El azul haría más gozo si no tuviera por fondo una conjuntiva rojiza y si no le hiciese de pie una piel baldera que ensaya cómo convertirse en almohada.

El hombre no me habla; tiene una boca cerrada y delgada con muy poco labio. El rostro acaba con una barbilla algo hundida. De la nariz, que no es grande ni pequeña, destaca un vello travieso que quiere asomarse por los dos agujeros. Unas mejillas poco pronunciadas, y con manchas, rodean su rostro. Orejas anodinas, corrientes, de andar por casa; y un cuello nada llamativo, ni muy largo ni tampoco corto.

Lo provoco, le hago una mueca, se resiste, sólo saco una sonrisa de pícaro, de aquellas que salen por debajo de la nariz; una insinuación tan corta como el camino de la vida. ¡Venga, pienso, si no me quieres decir nada mejor que lo dejemos!

 A ver si me ayuda. Es como una adivinanza, yo tengo una sospecha: en el otro lado del espejo hay un hombre mayor que me mira, no estoy del todo seguro, pero diría que es papá.

Miquel Ylla

Médico cardiólogo jubilado y secretario de organización del PSC de Vic