Luis Miguel Guerra es profesor, historiador, novelista y secretario de Formación del PSC de Barcelona. También es miembro del Comité de Redacción de l’Endavant!

 

“No se salvaban en ningún sitio”, traducido: “no se las quitó a los hospitales porque se iban a morir igual”. Así respondió la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso, interpelada sobre las más de siete mil muertes en las residencias de ancianos.

Con esto sería suficiente para liquidar este artículo. Es tal la barbaridad, que a nadie se le puede escapar el alcance de esas palabras. Sin embargo, Marx nos enseñó que dejar un error, en éste una barbaridad, sin refutación, es una inmoralidad intelectual. Y sé que unir a la interfecta con la palabra intelectual es difícil, pero como reza el título me ha hecho recordar a Kant.

Quita días esta mujer inmersa en la Filosofía. Hace poco nos desveló el problema del causa/efecto, relacionando toros y sequía y ahora nos aclara lo del imperativo categórico de Kant. Me explico. Decía el filósofo prusiano que hay que actuar conforme al deber, imperativo categórico, o lo que es lo mismo, debemos hacer cosas o no sin ninguna condición, mandatos morales que deben guiar la acción de las personas no dependientes de religión o ideología. El respeto a los demás, por ejemplo, no robar, no humanoillar, cuidar, …

¿Cómo enlazamos a la presidenta con esto? Pues porque lo ocurrido en las residencias también tiene una filosofía atrás.

Primero imperativo categórico de Kant: obra sólo según una máxima tal que la acción se vuelva ley universal. Hay que levantar a un enfermo en el hospital.

Primero imperativo categórico de Ayuso: si va a suceder igual, para que perder el tiempo.

Segundo imperativo categórico de Kant: obra de tal modo en que tengas presente a los demás siempre como un fin en sí mismo y nunca como medio. El ser humano merece respeto en todo momento y lugar, el cuidado es obligado.

Segundo imperativo categórico de Ayuso: éste va, éste no va ¿por criterio médico? ¿miedo humanidad o algo así? NO, por cuestión ideológica y económica, éste va a la pública y éste a la privada, merece ser salvado. Y hasta religiosa, instrumento de la voluntad de Dios (esa sesión de fotos en La Almudena)

Tercer imperativo categórico de Kant: obra de tal modo que tu voluntad pueda considerarse como legisladora universal. Todos los seres humanos deben ser atendidos y merecen una muerte digna.

Tercer imperativo categórico de Ayuso: mi voluntad es legisladora y proyecto a futuro. Que se queden porque están enfermos y pobres, que encima los mantenemos, así que cuanto antes dejen de padecer, mejor, y si además se van quedando vacías las residencias públicas antes podremos cerrarlas y gastar esos dineros en festejos y mascletás, que es lo que la gente de bien quiere.

Ya decía Kant que su aplicación era difícil, ya que se puede actuar en contra del deber, conforme al deber: hago el bien pero porque obtengo un beneficio y por deber, hay que hacer o no porque es lo que se debe hacer. Pensemos en Gaza. Imaginemos que todos los países actuarán por deber, estaría clara la posición y sería humana, muy humana. Pero esto es cosa para otro artículo.

Volvamos a Madrid. Ayuso sabe medicina, decide sobre la vida de las personas, rechaza sin pestañear el deber de socorro y, encima, un montón de palmeros aplauden como locos mientras asientan ante las necias, estúpidas y deshumanizadas palabras de su jefa llenas de fervor ideológico y convicción casi religiosa, sólo faltaba el "Dios lo quiere" del medievo.

Decía Einstein que sólo había dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana. Y añadía que no estaba muy seguro de la primera. Me imagino a él ya Kant escuchando la sesión de la Comunidad de Madrid.