El 19 de diciembre de 2019, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 29 de septiembre como Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Despilfarro de Alimentos, reconociendo que la celebración de ese día contribuiría significativamente a sensibilizar sobre la importancia de este problema y sus posibles soluciones en todos los planes y en promover esfuerzos mundiales y medidas colectivas con vistas al cumplimiento de la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Cuando se pierden o se estropean alimentos, todos los recursos que se utilizaron para su producción -como el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital- se desperdician. Además, la eliminación de los alimentos perdidos o desperdiciados en vertederos genera emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), lo que contribuye al cambio climático. La pérdida y el desperdicio de alimentos también pueden tener repercusiones negativas en la seguridad alimentaria y la disponibilidad de alimentos y contribuir a aumentar el coste de la alimentación.
Es necesario adoptar medidas a nivel mundial y local para aprovechar al máximo los alimentos que producimos. Para introducir este cambio transformador es fundamental incorporar tecnologías, soluciones innovadoras (en particular plataformas de comercio electrónico para la comercialización y sistemas de elaboración de alimentos replegables y móviles), nuevas formas de trabajar y buenas prácticas de cara a gestionar la calidad de los alimentos y reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos.