De nuevo, el 8 de marzo conmemoraremos el Día internacional de los Derechos de las Mujeres. Una fecha de homenaje al movimiento feminista y también de reivindicación: debemos seguir denunciando las discriminaciones estructurales que sufrimos las mujeres sólo por el hecho de ser mujeres.  

El lema de Naciones Unidas para este día es “Por un futuro igualitario en el mundo de la cóvid-19”, porque justamente esta pandemia ha puesto de relieve cómo las crisis, una vez más, afectan de diferente manera a mujeres y hombres no sólo desde del ámbito de la salud, sino también en el ámbito económico y social (más paro, más precariedad, menos conciliación…), visualizando la fundamental contribución de las mujeres en sectores precarios, pero esenciales como son el de cuidados o limpiezas , y las cargas de trabajo desproporcionadas que soportan.

Es necesario reivindicar la política como herramienta vital para transformar la realidad y alcanzar una sociedad de ciudadanas y ciudadanos libres, que nazcan y crezcan en igualdad de oportunidades, en plena fraternidad y respeto. Esto sólo será posible con gobiernos feministas.

Una sociedad que aspira a ser realmente democrática y socialmente justa no puede permitirse que la mitad de la población, las mujeres, sean discriminadas en ningún ámbito (educación, empleo, política, medios de comunicación, cultura…). Y de ninguna manera, ninguna, podemos permitir que una sola mujer sufra violencia machista.

Las mujeres necesitamos gobiernos feministas. Gobiernos que prioricen acabar con la violencia machista. Los datos son estremecedores: desde que se contabilizan (año 2003) han sido asesinadas 1.080 mujeres en España, 169 en Cataluña. Estos asesinatos han dejado a más de 800 menores huérfanos por violencia machista desde 2002. Además, desde 2013, los padres maltratadores han asesinado a 37 menores (4 en Cataluña). Y recordemos que los datos oficiales son sólo la punta del iceberg.

En Cataluña, en 2020 se presentaron 9.252 denuncias por violencia de género (6.377 en Barcelona, ​​1.085 en Girona, 637 a Lleida y 1.153 en Tarragona). Y sin embargo, Catalunya sigue siendo la comunidad autónoma con el porcentaje más bajo de órdenes de protección concedidas (46 por ciento de media) y, mayor de denegadas (54 por ciento). La media en España es del 65% concedidas y sólo 35% denegadas. En los centros penitenciarios un 93% de las personas internas son hombres, mientras que en las oficinas de atención a la víctima del delito el 85% de las personas atendidas son mujeres.

Necesitamos gobiernos feministas con voluntad de lucha contra la feminización de la pobreza y el techo de vidrio que ya es de hormigón armado: en Cataluña, las mujeres tituladas son mayoría en cualquier tipo de estudios universitarios en un 57,2 % de los casos, pero en 2020 teníamos sólo 1.579.300 de mujeres ocupadas (182.000 menos que hombres) y cobrando con una media de 23 % menos que ellos, llegando al 40 % en las pensiones. Además, la crisis de la Covid-19 también ha causado un fuerte impacto, agravando la situación de las mujeres, ocupadas sistemáticamente en un mercado laboral desigual, segregado, feminizado y más precarizado que en el caso de los hombres.

Necesitamos gobiernos feministas que trabajen realmente para la conciliación, corresponsabilidad y nuevos modelos de masculinidad. Las mujeres dedican casi el doble de tiempo a tareas domésticas y un 85% de las personas que piden excedencia por cuidado de hijas, hijos u otros familiares son mujeres.

En pleno s. XXI todavía hay hombres que se creen con derecho a comprar o alquilar el cuerpo de las mujeres. Es sinillamente inaceptable. ¡Necesitamos un gobierno feminista, por tanto, abolicionista!

Tenemos muchos retos por delante y uno será no dar ningún paso atrás en la defensa de los derechos de las mujeres, aún más ahora que en el Parlament nos encontraremos un partido que tiene el machismo y el negacionismo de la violencia machista en la base ideológica de su discurso . Hemos sido el partido con más apoyo de las mujeres en estas últimas elecciones, y esto ha sido posible gracias a nuestro compromiso con el feminismo, en defensa de los derechos de las mujeres, y por nuestra constante reivindicación de que nada es más transgresor que luchar contra el patriarcado y el neoliberalismo que trabajan conjuntamente para transformar a las mujeres en objetos de mercado sin derechos.

Desde el PSC reivindicamos que el machismo es incompatible con la democracia, la libertad y la igualdad reales. El feminismo está en nuestro ADN socialista. Somos un partido transformador de la sociedad. Somos la izquierda que sabe que no existe más revolución que la que se traduce en hechos, en compromisos y en realidad. Somos el partido de los Hechos, no sólo Palabras. El PSC es el único partido que ha priorizado siempre, y ante todo, las políticas feministas, por encima de banderas, por encima de guerras nacionalistas. Y reivindicamos con orgullo que las mujeres sólo han avanzado en derechos con gobiernos socialistas, en el Estado, en los Ayuntamientos, y lo volveremos a hacer en la Generalitat!

En el ámbito interno, nuestro compromiso con la plena igualdad queda recogido en el III Plan de Igualdad de partido para garantizar la plena participación política de las mujeres y el fomento de nuevos modelos masculinos en la política, y el Protocolo contra el acoso sexual o por razón de sexo. En el ámbito institucional, hace años que aplicamos las listas cremallera, hemos tenido paridad a cabezas de lista en el Parlament y tenemos un grupo parlamentario con más mujeres que hombres.

Desde el PSC queremos hacer de la coeducación el motor vital transformador de la sociedad para impulsar un nuevo contrato social libre de machismo, que priorice la tolerancia cero con las violencias machistas (psicológica, física, sexual, laboral e institucional), aprobaremos el Pacto catalán contra la violencia machista con 50M€, fomentaremos la corresponsabilidad entre mujeres y hombres para implementar políticas de conciliación de la vida familiar, laboral, social y personal.

Queremos garantizar la igualdad laboral real, con publicidad de las tablas salariales y más inspecciones laborales para evitar situaciones de brecha salarial, políticas contra la segregación vertical y horizontal y garantizar la participación de las mujeres profesionales en los espacios de toma de decisión. Queremos luchar contra la mercantilización del cuerpo de las mujeres (prostitución, pornografía, vientres de alquiler…).

Son muchas todavía las discriminaciones, prejuicios y obstáculos a superar, los objetivos por alcanzar. Por eso, en el marco del 8 de marzo, desde el PSC reivindicamos la necesidad de unir fuerzas y apelamos a la gran alianza de todas las mujeres progresistas y del movimiento feminista.

Las mujeres necesitan gobiernos feministas que prioricen la defensa de sus derechos.

Porque sin derechos no hay igualdad.

Porque sin igualdad no hay libertad, las mujeres necesitamos gobiernos feministas, ¡YA!