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14 de abril – Cerdà, P. (Libros del Asteroide 2022)

14 febrer 2023

Se trata de un libro original, que se lee con facilidad. Narra el trascurso del 14 de abril de 1931, con abundantes datos históricos, aunque no hace una narración historicista, sino que lo hace con trazo poético, especialmente con las personas anónimas.

El libro tiene muchas lecturas: una lectura histórica porque describe hechos demostrados con todo lujo de detalles a lo largo de las horas transcurridas el 14 de abril de 1931. Tiene una lectura política porque hace una inteligente crítica de la Monarquía en diferentes apartados del libro, pero también describe las luces y sombras de la República. El libro se lee con el interés de una novela, pero sobre todo hay una lectura emocional por la forma de relatar lo ocurrido a lo largo de esas veinticuatro horas. Nos presenta la vida trágica de personas humildes que en definitiva representan la dureza de la vida para la mayoría de los españoles en aquella época. Sobre las fuentes del libro, al propio autor le sorprende la ingente cantidad de referencias que leyó, para hacer una narración de lo ocurrido a lo largo las horas de un día lleno de emociones encontradas.

De una forma muy original, el libro está estructurado a partir de las horas canónicas empleadas en la Edad Media para los rezos religiosos en los monasterios. Empieza con Prima y sigue con el siguiente orden: Tercia, Sexta, Nona, Vísperas, Completas, Maitines y Laudes, aunque el orden primitivo se inicia con Maitines. A lo largo de las mismas va entretejiendo los hechos históricos más relevantes con los acontecidos y vividos por personas anónimas. Esta descripción en un tono emotivo permite una aproximación mayor a los hechos. Estos detalles aparentemente intrascendentes son el fruto de su exhaustivo trabajo de búsqueda de información.

En el comienzo de la hora Prima [6-9H] narra la muerte de una persona en una manifestación en Madrid, fruto de la represión de las fuerzas del orden. Incluye en el capítulo de esa hora otros hechos y recuerdos diferentes como hace a lo largo de todo el libro. Comenta los primeros signos aún débiles de la proclamación de la República. También se acerca a la cárcel de Jaca, donde fusilaron a los capitanes Galán y García Hernández por promover un alzamiento el 12 de diciembre de 1930 contra la Monarquía y sus dictaduras, y donde esperan juicios otros militares y civiles, cuando se han celebrado las elecciones.

La hora Tercia [9-12H] se inicia con la muerte de una mariscadora supuestamente por un patrón, en una manifestación reventada por matones. También cuenta la manifestación disuelta a tiros en Valencia que produjo heridos, entre ellos de una niña. A esa hora ya empiezan a aparecer los personajes importantes y en concreto Juan de la Cierva, que en Palacio presiona al Rey para que resista como lo hicieron los últimos de Filipinas (el autor utiliza a lo largo del libro símiles para enmarcar un relato a partir de una frase, de un título, etc.). Finaliza esta hora con la aparición del general Sanjurjo, responsable de la Guardia Civil, que será decisivo en el derrocamiento de la Monarquía, al declararse neutral.

Recuerda el autor al inicio de la hora Sexta [12-15 H] el entierro de Teresa Claramunt, fallecida por su delicado estado de salud en la más absoluta pobreza. Destaca su liderazgo como dirigente anarcosindicalista y como pionera del feminismo. Teresa piensa que la monarquía no se ocupa de los más vulnerables, pero que la república tampoco lo hará. En esta hora se produce otro momento importante en el fin de la monarquía: cuando el Rey envía al conde de Romanones – principal soporte de la monarquía – a negociar con Alcalá Zamora – líder de la nueva República. Cuando este le informa que Sanjurjo se mantendrá neutral y que no defenderá la monarquía, es consciente de que no hay nada que negociar y que es el fin de la monarquía y, por tanto, hay que organizar la salida de España del Rey. Asoman las primeras proclamaciones de la República, en este caso en Barcelona, donde entre los republicanos y los socialistas han arrasado su Ayuntamiento. Sin esperar órdenes de Madrid, Macià decide proclamar la República Catalana, pero Companys se le ha adelantado, proclamando la República Española.

En la hora Nona [15-18 H] se aceleran los acontecimientos y se dan las primeras manifestaciones de euforia. El autor se detiene en concreto en la que se produce en Huelva por parte de los obreros de Río Tinto, que fue disuelta a tiros por la Guardia Civil, produciéndose un muerto que fue inmediatamente despedido en un emotivo entierro. También en Huesca se produce otra manifestación para homenajear al capitán Galán, declarado marxista, y García Hernández, católico. En Madrid, un jovencísimo afiliado a la UGT es encargado de recoger en su casa a Besteiro para llevarlo al Ayuntamiento y que proclame la República.

En esta hora empiezan los preparativos del destierro del Rey con la difícil redacción de su despedida por parte del duque de Maura.

En Granada se convoca una manifestación en la plaza Mariana Pineda, ajusticiada 100 años antes en defensa de los liberales y en contra del absolutismo. En este acto se empieza a ver el giro de la guardia civil, ya que intentaron reprimirla, pero un teniente coronel ordenó su retirada.

Finalmente, en esta hora Nona se produce el último Consejo de Ministros, donde el ministro de la Guerra y el de Gobernación informan de que sus respectivas guarniciones no van a defender la Monarquía. Al mismo tiempo se informa que la negociación con Alcalá Zamora ha fracasado, dándole un ultimátum para que salga de España. Con la lectura del manifiesto que ha preparado el duque de Maura finaliza el Consejo.

Empieza la hora Vísperas [18-21 H] con otro desgraciado accidente, la muerte de un joven trabajador que acude en tranvía a una manifestación en Madrid. En esta hora en Salamanca, finalizado su destierro en Fuerteventura, Unamuno se dispone a leer un discurso como concejal en el que, entre otras, tiene un recuerdo para los comuneros que ya trataron de acabar con la monarquía sin conseguirlo, cuatro siglos antes.

Al autor no le pasa desapercibido en esta hora de Vísperas, un hecho aparentemente frívolo, como es un partido de fútbol donde iba a jugar la selección italiana contra la española. Como Italia estaba gobernada por el fascismo, los jugadores temían represalias por el ambiente de revuelta popular.

También dentro de la hora de Vísperas Franco, director de la Academia General Militar de Zaragoza, reúne a todo el personal a su cargo para ordenar que se respete la decisión del pueblo, aunque no cambia la bandera, salvo que se lo den por escrito. En esta hora, en el colegio La Salle de Tarragona, los hermanos están desconcertados y los alumnos salen corriendo porque se enteran de que el padre de un alumno va a proclamar la República en la Rambla. También en esta intensa hora se produce la liberación de todos los presos, tanto comunes como políticos, de la cárcel Modelo de Barcelona por fuerzas anarquistas, quemando los archivos para que no quede ningún rastro.

En esta hora, el Embajador de EEUU informa preocupado de los acontecimientos en España, ya que observa un cierto aire comunista, pero como no observa movimientos revolucionarios y el Rey no ha abdicado, recomienda una cierta cautela y que no se reconozca al nuevo Gobierno hasta ver cómo evoluciona.

Uno de los momentos más importantes es cuando se forma el nuevo Gobierno. El duque de Maura llega con determinación al Ministerio del Interior con el comité revolucionario e inmediatamente llama a todos los gobernadores civiles para que entreguen el poder y designa a Niceto Alcalá Zamora presidente del Gobierno sin ningún formalismo de entrega de poder. El nuevo presidente se dirige por radio a la nación embargado por la emoción con un discurso en el que apela a la voluntad soberana del pueblo, del que va a necesitar toda su ayuda. En esta hora el autor empieza a relatar el inicio de la salida del Rey del territorio español y el miedo que le embarga, recordando los sucesos que se produjeron en Rusia con la expulsión y asesinato del zar y su familia. Finalizando esta hora, sale publicada la edición nocturna del Heraldo de Madrid y la gente de todas las escalas sociales acude en masa a leer el editorial donde proclama que la nación está en un momento histórico, y apela a la responsabilidad de los españoles. Además del largo editorial, el periódico da cuenta de los sucesos en diferentes lugares de España, luctuosos muchos de ellos, que contrastan con la alegría de las calles.

Se inicia la hora de Completas [21-0 H] con otra muerte accidental: la de un soldado libre de servicio, que casualmente pasaba en medio de un tiroteo entre policías y unos asaltantes que pretendían quemar todos los archivos policiales. Por otra parte, se produce el asalto a una cárcel de mujeres, en Barcelona, por parte de grupos anarquistas, para liberar a las presas y quemar los archivos. Entre las mujeres liberadas, una de ellas, condenada por asesinar a su marido para defenderse de sus agresiones. El autor finaliza esta hora con una mención al PCE. Desgrana sus ideales y su pureza revolucionaria que no ha tenido eco en los resultados electorales. El PCE está en contra de la Monarquía, pero también de la República burguesa que se vislumbra. L’Humanité escribe desde Francia sobre este día en el mismo tono que siente el PCE, cree que en España dominan la aristocracia, la iglesia y los militares, y contra ese estado hay que instalar un gobierno de soldados, obreros y campesinos, y hay que hacerlo por la fuerza.

De nuevo el autor inicia una hora, en este caso de Maitines [0-3 H], con la muerte de un joven telegrafista de una forma trágica y en contraste con el carácter alegre de los telegramas. De nuevo de forma fortuita fallece el joven telegrafista, producto de un tiroteo entre unos desconocidos que pretendían atracar a la Casa de correos y los guardias de seguridad. En estas horas en Mallorca se produce un hecho curioso: un personaje, medio marxista, medio anarquista, radical, anticlerical y masón, se pone al frente de la guardia republicana para contener a los exaltados que estaban destrozando diversos monumentos.

Hay un momento tenso y emotivo en esta hora de la madrugada en Barcelona. El momento tenso se produce por la tardanza en recibir órdenes de Madrid y las dudas ante la actitud del Capitán General de Catalunya por lo que Macià lo destituye nombrando otro leal a la República, el cual ordena que vengan 2 baterías de soldados para proclamar la República. Un joven capitán hace la lectura de la proclamación en catalán, finalizando con un, el President: Francesc Macià. En ese momento, la gente, después de la tensión acumulada, estalla de alegría.

A estas horas de Maitines se publica la Gaceta de Madrid, que es el boletín oficial de España, en la que aparece publicado el nombre del presidente del Gobierno Niceto Alcalá-Zamora y sus siete ministros. Son políticos conocidos de diferentes partidos, la mayoría burgueses. También recoge la amnistía para delitos políticos y sociales, así como la declaración del 14 de abril como fiesta nacional y difunde el primer decreto de la toma de poder junto con el Estatuto Jurídico de la República, donde se vislumbra que está dispuesto a defenderla de los monárquicos, anarquistas y comunistas.

A estas horas de Maitines, Josep Pla viaja de Barcelona a Madrid. Después de leer los periódicos, sale para contemplar la rapidez de los cambios y se sorprende por la indiferencia de las élites ante esos cambios y que no defiendan la monarquía. Una vez en el hotel escribe que cree en el poder eterno de la Monarquía y la fuerza que tiene, no solo entre la clase media, sino también entre el pueblo llano y, sin embargo, en un día se ha derrumbado.

Finaliza las horas de Maitines el autor, describiendo el viaje de Alfonso XIII camino del puerto de Cartagena para iniciar el destierro. Es un viaje lleno de nostalgia y de contraste. Atraviesa pueblos con recuerdos monárquicos viendo la alegría de la gente frente a su tristeza y desconcierto. Describe con detalle los pequeños sucesos que se producen a lo largo del recorrido y ve pasar a jornaleros para los que, con monarquía o república, su vida sigue igual.

El autor inicia las últimas horas Laudes [3-6 H] con la marcha de España de la familia real, representada en la esposa del rey, de ascendencia inglesa. Aprovecha estos momentos de despedida de un país en el que, aunque no es el suyo, fue querida por el pueblo, recuerda los momentos del encuentro y del intenso noviazgo con Alfonso XIII, que pronto se irá mostrando más distante. De repente se encuentra sola y con cinco hijos, varios de ellos con importantes problemas de salud. Han pasado miedo por las manifestaciones de los exaltados, pero finalmente no hubo problemas que destacar.

De nuevo el autor se fija en una chica joven anónima que ha sido educada en los valores de laicidad, de civilidad y librepensamiento, pero ahora tiene que defender la democracia con las armas. Este relato coincide en la marcha por Barcelona del batallón de soldados al mando del capitán Reinlein para que la ciudadanía se entere del cambio que se ha producido.

A estas horas de Laudes finaliza el viaje del rey a Cartagena para embarcar camino de Marsella. El autor cita algunos nombres épicos que tienen como referencia esa ciudad para describir el fin de un reinado, de una dinastía y de una monarquía. Cuando el rey se embarca, pregunta a las autoridades si se ha declarado la ley marcial y le responden que no, que está todo normal, y a partir de esta palabra normal, el autor va desgranando las cosas que son normales en ese momento: el analfabetismo, el trabajo duro y mal pagado de los obreros, la política en manos de la burguesía y que esta vive en grandes mansiones en contraste con las infraviviendas de los trabajadores. Algún oficial de tendencia republicana propone que cuando suba el rey se grite un viva la República, que no fue aceptado por el resto por compasión.

Finalizan las horas finales Laudes con el entierro de la persona que muere en el inicio del libro. El entierro no fue el de un muerto con nombre, sino el del último muerto de la Monarquía y un mártir de la República. Después de las aplaudidas palabras del gobernador civil de Madrid, su hermano profiere un grito: la República te vengará. Con esta frase finaliza el libro

Por último, cabe destacar que en cuanto a las referencias  y fuentes citadas en la obra por su autor, estas son ingentes, lo que enriquece el texto e invita a ampliar los conocimientos del lector.

F.M.M.