Actualidad

"Tal día hará un año…". Por José María García-Pastor.

26 de enero 2023

"Tal día hará un año...". Por José María García-Pastor.
José María García-Pastor es periodista y politólogo.

 

El martes 4 de diciembre de 2018 es una fecha que puede ser a muchos no les aporte nada. Cierto, era un día cualquiera en un año como tantos otros. ¿Qué hace especial esta fecha? Pues simplemente era el día en que debía renovarse el Consejo General del Poder Judicial, nada menos que el órgano de gobierno del poder judicial en España.

Hoy, cuatro años y más de un mes después, seguimos a la espera. Alguien, llegado de fuera, podría pensar que, por ejemplo, el problema es que no existen juristas de reconocido prestigio en ese país o que los posibles candidatos no quieren asumir la responsabilidad de hacer de gobierno de los jueces. Serían posibles explicaciones…

Pero la realidad, lo que debería explicarse al recién llegado, es que la no renovación, el bloqueo en el procedimiento se debe a una cuestión mucho más sencillailla y no infrecuente por cierto: la voluntad de un determinado partido de no cambiar lo que considera que debe mantenerse como está por los siglos de los siglos.

¿Y por qué esto? Posiblemente no es necesario desarrollar ni grandes tesis ni realizar exhaustivos análisis. Todo lo resumió el senador Cosidó en su momento con ese famoso “controlaremos la sala segunda del Tribunal Supremo desde atrás”. Una sala, que por cierto es la competente para juzgar a diputados, senadores y miembros del gobierno. Queda claro pues cuál es la intención del partido, en aquellos momentos del señor Casado y ahora del señor Núñez, evitar cómo sea tener sustos en esta sala, no en vano el partido del pajarillo azul es el más encausado en causas diversas.

Lo sangriento del retraso, habitual por cierto cuando el partido que pagó en negro las obras de su sede está en la oposición, es la constante apelación a la independencia de la justicia ya la constitucionalidad que debe presidir todas las actuaciones, de los demás cabe decir. El partido de los Bárcenas, González, Cifuentes, Naseiro, Zaplana, etc, etc. y todos los etcéteras que quieran ponerse, reparte medallas sobre quién es o no constitucional, quién respeta o no la separación de poderes quién, en definitiva quién es demócrata y quién no.

Y lo cierto es que la cuestión ya empieza a cansar, a exasperar a todos aquellos que creemos de verdad que la democracia, que la Constitución, que la separación de poderes en definitiva, es algo muy serio y que no debe prestarse a maniobras por parte de los que más deberían callar.

Apelar a la independencia judicial y al mismo tiempo boicotear e intentar imponer tus tesis no es ni democrático, ni ético ni siquiera decente. Mezclar tus intereses políticos con la judicatura es una muestra de descaro difícilmente superable. Y más cuando después oímos al líder del partido repartir carnets de buen demócrata.

El único camino a seguir es el del pleno constitucionalismo, el que tiene como principal hito oponerse al poder absoluto, a las decisiones de unos pocos en contra de los intereses de la mayoría. La verdadera independencia judicial se logra propiciando que de acuerdo a la legalidad vigente el órgano de gobierno de los jueces se renueve en tiempo y forma. Poner excusa tras excusa únicamente favorece a aquellos que quieren enfangar la vida pública, desacreditar la política y lanzar mensajes muy peligrosos para nuestro futuro.

Desgraciadamente, la renovación del CGPJ carece de perspectivas de futuro. Por desgracia, tal día hará un año…