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Debate de orientación política general (27/9/2022)

30 septiembre 2022

Salvador Illa en el debate de orientación política general

Intervenciones del primer secretario del PSC y jefe de la oposición en el Parlament, Salvador Illa, durante el debate de orientación política general celebrado en Parlament de Catalunya, entre el 27 y el 30 de septiembre de 2022.

Primera intervención

Señora Vergés, señoras y señores de la Mesa, señor Aragonés, señoras y señores diputados, no hacemos política en el vacío, en la nada; la hacemos en un lugar, Cataluña, España y Europa, y en un tiempo, en el 2022. Después de una pandemia terrible, en medio de un ataque muy virulento a los valores europeos, en medio de una guerra que está cambiando, y de qué forma, el mundo, y que está afectando de forma directa y tangible a nuestras vidas. Señoras y señores diputados, ni dramatismos ni lamentaciones, realismo. Éste es el contexto en el que hacemos hoy y aquí política. Por eso quiero empezar mi intervención reafirmando mi convencimiento de que, ahora más que nunca, es el momento de la política útil, y reafirmando mi compromiso y el de mi grupo, el primero de esta cámara, de intentar impulsarla , sin reservas, sin matices, hasta el final.

Política útil es política constructiva, hacer en lugar de deshacer, extender la mano en lugar de retirarla, sentarse y hablar en lugar de levantarse y marcharse. Política útil es política del respeto. Respeto por la verdad, huyendo de promesas inalcanzables; respeto por los tiempos políticos, agotando la duración de las legislaturas; respeto por las instituciones, adelante poniéndolas en las coyunturas personales y en las conveniencias de los partidos; respeto por los ciudadanos, no rehuyendo la complejidad de la realidad que afrontamos; y respeto por los adversarios, con un lenguaje educado que evite el insulto y la ofensa gratuita.

Y política útil es política creíble. Creíble porque comienza por la autoexigencia, no reclamando a otros lo que uno es incapaz de cumplir uno mismo. Creíble porque cumple con los acuerdos alcanzados, el valor de la palabra dada, o por lo menos tiene el coraje de explicar por qué no es posible hacerlo. Y creíble porque señala horizontes posibles, y explica cómo asumirlos. Pienso, estoy convencido, señoras y señores diputados, señor Aragonés, que hoy vivimos el momento en que vivimos, y lo mínimo al que estamos obligados es a un ejercicio de política útil.

Es mi intención no moverme de ese marco, el de la política útil, en este debate, pero querría a la vez ser muy claro. Creo que es mi deber, ser claro. De alguna forma, pues, antepondré la claridad a una cortesía que espero ser capaz de no perder en ningún momento de esta tarde.

Señor Aragonés, le he escuchado esta mañana con atención, la que merece la primera autoridad de Catalunya. Con sinceridad, he visto en su intervención demasiada autocomplacencia, me hubiera gustado un punto más de autoexigencia. Demasiada queja, me hubiera gustado un punto más de cooperación. Ha hablado de un escudo social. Me parece insuficiente, pero le anuncio que tiene mi apoyo, por todas las medidas que usted ha anunciado hoy, y le anuncio también que le haré llegar en breve, espero que en el horizonte no superior a dos semanas, una propuesta para mejorar o para incorporar algunas medidas más que completen ese escudo social que usted ha presentado. Me gustaría saber si han participado los agentes sociales en las propuestas que usted ha ofrecido hoy, si no, me gustaría pedir también que se abra este escudo social a sus aportaciones.

Y ha hecho una propuesta, en sus palabras, para superar, ha dicho usted, el conflicto político. No estoy de acuerdo, con la propuesta que ha hecho, creo que no resuelve nada. Con todos los respetos, déjà-vu. Usted conoce mi posición: sí a votar acuerdos, no a votar rupturas. Y tengo que decirle que tengo con usted un problema de credibilidad, porque pactamos un diálogo con tres patas, y una de ellas dependía de usted: abrir un diálogo entre catalanes, y no lo ha ofrecido. Cumplimos los acuerdos a los que hemos llegado como primer paso para empezar un diálogo en Cataluña.

Decía que había escuchado con atención, y después de hacerlo me veo en la obligación de realizar una constatación y una pregunta. La constatación: esto no va; el Gobierno no gobierna. Puede hacerse –hay que hacerlo– mucho mejor. La pregunta, que formulo con el máximo respeto de lo que soy capaz: aquí, ¿quién manda? ¿Quién lo lleva esto? ¿Hay alguien al frente del gobierno? Lo más generoso que puede decirse de su gobierno es que arrastra los pies, atrapado en un conflicto crónico, incapaz de afrontar los problemas reales que tiene Catalunya.

¿Por qué no va el gobierno Aragonés? ¿Por qué no funciona su gobierno? Yo creo que por tres razones –es mi punto de vista–: primero, por una escasa obra de gobierno; en segundo lugar, por una actitud, en mi opinión, equivocada, y, en tercer lugar, por una falta de proyecto.

Vamos a palmos. En primer lugar, una escasa obra de gobierno. La obra de su gobierno, señor Aragonès, después de casi año y medio al frente del ejecutivo catalán, es escasa –yo diría que muy escasa, una de las más escasas que se recuerdan desde la recuperación del autogobierno . Déjeme poner algunos ejemplos, no me harán falta demasiadas.

Una materia que usted ha mencionado que es de las más importantes hoy: la energía. La potencia instalada de energía renovable en Cataluña en 2015 era del 13,31 por ciento; en 2021, es del 14,21%. Es verdad que usted no ha presidido durante todos estos seis años el Gobierno, pero ha formado parte del mismo. En España, en 2015, era del 29,29%; hoy, es del 41,80%. El crecimiento anualizado en estos seis años en Cataluña ha sido del 0,32 por ciento; en España, del 7,38%. A este ritmo, en 2050, la potencia instalada de renovable en Catalunya será del 16,79%. Estamos a la cola de Europa en este asunto, equiparables a Ceuta y Melilla y en Hungría y Polonia. Creo, francamente, que se puede hacer algo mejor.

Un segundo ejemplo en una materia que también usted ha mencionado, relevante: la educación. Es uno de los cinco objetivos que Úrsula von der Leyen, en su discurso del estado de la Unión, fijó como claves, en 2023 en Europa, la formación y la formación continua. Pues bien, este curso, en Cataluña, unos veinte mil alumnos no han podido empezar la formación profesional que deseaban en tiempo y forma, los mismos que el curso anterior, con un año de diferencia. No son cifras, son nombres, por ejemplo, el de Josep, un estudiante de primero de bachillerato que el primero de bachillerato no le fue bien y quería hacer FP, se preinscribió en un ciclo de electromecánica de Tarragona. En el Baix Llobregat no ha encontrado ningún centro para poder empezar los estudios de formación electromecánica que quería empezar y se ha tenido que matricular en segundo de bachillerato. Los jóvenes de Catalunya merecen un poco más.

O en materia de seguridad –el conseller Elena, al que deseo una pronta recuperación, se me ha excusado esta mañana. Bien, hacemos muchos cambios, mucha pirotecnia. Por cierto, veo que descubren que los cuerpos jerárquicos tienen un mando –un mando. Querían una dirección coral y ni con un dúo hemos funcionado. Pero yo, por ejemplo, querría el plan general de seguridad de Cataluña, ¿no?, que es una obligación del Gobierno, y está aprobado, una obligación de la Ley 4/2003 del Parlament, y el último era de 2016 o 2019. Podemos tener un plan general de seguridad de Cataluña para que podamos conocer qué dirección tiene el Govern en esta situación? Y en los últimos siete días han sido siete días malos para la seguridad en Catalunya. Y no quiero extenderme más porque no quiero hacer demagogia con esto, pero han sido muy malos días. Es un tema relevante.

O en materia de ayudas sociales. El índice de renta de suficiencia de Cataluña lleva doce años sin incrementarse –doce años. Es un índice muy importante, es el indicador referenciado en Cataluña para acceder a distintas prestaciones sociales en Cataluña. Hombre, yo propondría –se lo haré llegar, por escrito– que se incrementara un 8,26 por ciento hasta alcanzar los 616,12 euros mensuales. Más de 300.000 catalanes podrían beneficiarse. Podría hablarle también –no quiero extenderme– de la ejecución de los fondos europeos; hemos adjudicado un dieciocho por ciento sobre los fondos que nos han llegado.

En materia de salud, es verdad que en salud mental se han hecho cosas –no le niego–, pero, ¿y la atención primaria, consejero? La atención primaria es clave, todo el mundo coincide con ella. Aquí debemos destinar más recursos, y querría también ver cómo avanzamos en este capítulo.

Gobierno con una obra, desde mi punto de vista, escasa, pero un gobierno cuya actitud yo no comparto. Y déjeme ser una vez más claro: su gobierno es un lío, un «lio» constante; genera más incertidumbres que certezas, piensa en el corto plazo, está más centrado en dar una impresión, en mantenerse y sobrevivir que en afrontar las transformaciones que necesita Cataluña. Parece que se ocupen más de los problemas que tienen ustedes como Gobierno que de los problemas que tiene la gente. Y a mí me parece, por las manifestaciones públicas que hemos podido ver este arranque de curso, que la mayoría de investidura, la que le dio a usted la investidura, pues parece que está rota, al menos por parte de un partido, y no lo sé por parte del otro. Mentiría en esta habitación si dijera que esta rotura me ha sorprendido –yo creo que se veía venir. Sí me ha sorprendido la rapidez y la intensidad con la que se ha producido –eso, yo al menos no lo veía venir. Y fíjese, podría ser que su gobierno se alargara, incluso que llegara al final de trayecto. Da igual: su gobierno es ya en este momento un juguete roto, desde mi punto de vista, no sirve.

Los catalanes necesitan un gobierno que genere más certezas que incertidumbres. El camino no es el autoengaño. Cataluña necesita un camino de recuperación y desarrollo para los próximos diez o, incluso mejor, veinte años. En definitiva, Cataluña necesita un proyecto de país. En lugar de eso, están haciendo algo profundamente egoísta: desperdiciar un tiempo colectivo. El tiempo en política no pertenece; están jugando, creo yo, con el tiempo de los catalanes.

Y una tercera razón: no hay obra de gobierno, no existe actitud de gobierno, no hay, desde mi punto de vista, proyecto de país. Se gobierna para, a lo sumo, la mitad de Cataluña. La buena política, la política útil no es una suma de intereses ni políticas sectoriales; es y debe ser un proyecto de país integrador, del que todos y todas seamos partícipes. Sé que a menudo se abusa en política del concepto de unidad –no soy ingenuo–, y sé que es a menudo un concepto utópico, pero creo firmemente que es posible identificar algunos deseos colectivos y plantear proyectos beneficiosos para una amplia mayoría.

Casi un año y medio después de su investidura, no he visto ningún esfuerzo, señor Aragonès, en esa dirección. Vi un inicio, una voluntad de caminar por este camino cuando nos convocó usted el 21 de marzo y el 12 de abril a los grupos parlamentarios para ver si podíamos trabar una respuesta conjunta, pero no ha tenido continuidad, no sabemos en qué ha quedado eso. Le hicimos llegar unas propuestas; usted me ha dicho un par de veces que había abierto un diálogo con los agentes sociales, yo no sé cómo ha quedado, no lo sabemos. En definitiva, no vayamos bien. No hay una obra de gobierno relevante, no existe una actitud de Gobierno, y no hay proyecto de país.

He dicho, al empezar esta intervención, que era el momento de la política útil, y la política útil no es la política de la queja. La política útil es la política de la propuesta. Sobre la primera razón del mal funcionamiento de su Gobierno ausente, el que ni obra lleva a cabo, yo me he esforzado en ello desde el principio de la legislatura de hacer propuestas. Hemos hecho hasta sesenta y cuatro, en materia de sanidad; en materia de infraestructuras; en materia de justicia; en materia de memoria democrática; en materia de seguridad; en materia de patrimonio cultural; en materia de financiación autonómica. Por cierto, no he visto ningún planteamiento de su gobierno en este asunto, que es primordial, ¿no? Seguiremos haciéndolas, y las haremos llegar, por si ustedes consideran incorporar alguno de nuestros planteamientos.

Sobre la segunda cuestión, la segunda de las razones del Gobierno ausente que tenemos en Catalunya, la actitud, yo quiero reiterarle mi ofrecimiento sincero para ayudar a encontrar consensos amplios. Pienso que la renovación de ciento doce cargos institucionales y el acuerdo sobre el uso de las lenguas oficiales en la enseñanza obligatoria, que son dos acuerdos a los que hemos llegado a esta cámara, avalan la sinceridad de mi ofrecimiento.

No le escondo que me gustaría una mayor receptividad. Incluso, déjeme que le agradezca su pulcra educación al rechazar reiteradamente mis ofrecimientos, rechazo que es legítimo, hasta el punto de que a veces incluso he pensado si no me llego a hacer un punto pesado de tanto insistir , pero seguiré haciéndolo, porque creo que es lo que conviene a Catalunya. Fíjese que tenemos el mundo al revés. La oposición pidiendo acuerdos y el Gobierno diciendo que no. Yo tengo un proyecto diferente al suyo para Cataluña, pero lo he dicho muchas veces, y lo vuelvo a decir en esta cámara, la diferencia importante, de proyecto no me impide colaborar, y lo seguiré haciendo, y, por tanto , usted sabrá, y tiene todo el derecho del mundo, sólo faltaría, agarrarse o no agarrarse, ¿no?

Creo que sí, en cambio, es el lugar y el momento, al menos, de realizar mi aportación en la tercera razón. La carencia, desde mi punto de vista, de proyecto de país. Y, por tanto, yo sí que quisiera aquí hacer un dibujo, ¿no?, sobre cuál creo yo que debe ser el proyecto que Cataluña salga adelante en los próximos años.

Es un debate de orientación de política general. Debemos mirar adelante, debemos ver cómo orientamos la política catalana. Yo aquí quiero responder, quiero intentar responder cómo creo yo que hay que responder a la pregunta de qué necesita Cataluña hoy; qué es lo que hace prosperar a los países hoy; donde radica la diferencia entre aquellos países que avanzan y aquellos que estancándose, retroceden; ¿cuál es, en definitiva, el proyecto que Cataluña necesita hoy, no?

Pienso que tiene que ver con cuatro grandes ejes. El eje de la igualdad –ha hablado usted también–, el eje de la prosperidad, el eje de la autoestima y el eje del autogobierno. Lo resumo en diez puntos, para adaptarme un poco al formato del debate y porque tampoco tampoco tenemos más tiempo para alargarnos.

Marco de la igualdad, primera tesis, primer punto. Debemos hacer un país para todos. Cataluña debe ser un país para todos. Lo decía Tarradellas, ¿no? Catalunya es lo suficientemente grande como para que quepa todo el mundo, y demasiado pequeña como para que sobre nadie. Lo primero que debemos hacer es dejar de ofendernos. En primer lugar, en el lenguaje político. Ha habido demasiadas ofensas gratuitas e innecesarias. No lo hacemos. Desde aquí, todo el mundo que piense lo que quiera, sólo faltaría. Respetémonos. Un país sin ofensas.

En segundo lugar, escucharnos más, ¿no? Pienso que es un ejercicio de la escucha sincera, no escuchar por escuchar; escucha, sincera, que nos puede ir bien. Y debe ser un país de acogida, naturalmente, de los que vienen de fuera, por supuesto, ¿no?, también de los que viven aquí, y quisiera que nadie, piense lo que piense, se sienta forastero en Catalunya.

El segundo punto, mi segunda aportación, mi segunda tesis, es que necesitamos un país cohesionado social y territorialmente, ¿no? Socialmente es un país, el nuestro, que viene de lejos. La matriz, si usted quiere, cristiana, una tierra de acogida ha sido durante toda la historia de Cataluña, singularmente en la segunda mitad del siglo XX, también en la primera década del siglo XXI, y hemos sabido integrar a todos. Esto es un éxito colectivo de la sociedad catalana. Este esfuerzo de integración debe mantenerse. Cuidado, sin renunciar a la mentalidad que ha hecho Cataluña grande, una mentalidad basada en la cultura del esfuerzo, la cultura del trabajo. Es verdad, con una red de bienestar social que permita a aquellas personas que tienen dificultades pero cultura del esfuerzo y cultura; que no lo perdamos de vista esto. Cultura del esfuerzo y cultura para que nadie quede atrás, ¿no?

Y un territorio muy desigualmente poblado, un área metropolitana muy potente. Creo que nos hemos sentido más orgullosos. Barcelona, ​​también áreas metropolitanas relevantes en Tarragona, en Lleida y a Girona, pero con una zona Pirineo. Veinte por ciento de territorio de Cataluña con un uno por ciento de la población. Uno por ciento de la población en el veinte por ciento del territorio, y dos terceras partes del territorio, atención, zonas boscosas. No, bueno, aquí debe hacerse un esfuerzo para que ese uno por ciento de población que vive un veinte por ciento de territorio no quede atrás. La Cataluña vacía, dígale cómo queramos, ¿no?

Tercer punto sería una Cataluña abierta y relevante en España y en Europa, donde se juegan temas muy relevantes referentes al marco de la igualdad. Yo creo que es importante que tengamos presencia en los organismos multilaterales de España. Agradezco que usted asistiera a una conferencia de presidentes. Me gustaría que nos ahorráramos los típicos debates cuando vuelva a haber una de si vamos o no vamos. Yo creo que si debe ir.

Observo que usted ha incrementado su actividad internacional, Francia, Suiza y demás. Tiene mi soporte. Viaje, viaje tanto como desee. Es que lo necesitamos. El presidente de Catalunya debe viajar, por supuesto que tiene que ir por el mundo. Yo no haré críticas como otros hacen con estas historias, y si gasta. Vaya usted cómo debe ir, con dignidad, y es el presidente de Catalunya, y viaje por el mundo. Y escúcheme, lo único que puedo decir es que aquí tenemos mucho que hacer.

Jordi Pujol subió el listón alto en esta materia, y creo que Maragall i Montilla lo siguieron. Hombre, Pujol hizo lo que tenía que hacer, viajar por el mundo, y explicar Catalunya y defender Catalunya.

Mi cuarta tesis hasta ahora, temas de igualdad. Mi cuarta tesis, ya en materia de prosperidad, Cataluña debe volver a ser motor económico de España y Europa. No se trata de rankings. Nosotros estábamos entre los cuatro motores económicos de Europa: Ródano-Alpes, Lombardía, Baden-Württemberg y Cataluña. Ahora vemos cómo otras partes de territorios de España se nos están acercando. Necesitamos talento, crearlo en las universidades, retenerlo y atraerlo para transformar la economía en dirección a una economía verde y una economía digital, y, sobre todo, aprovechar los fondos europeos, ¿no?

Necesitamos, en quinto lugar, una Cataluña conectada. Infraestructuras aeroportuarias. Yo estoy a favor de que se amplíe el aeropuerto Josep Tarradellas-Barcelona El Prat con infraestructuras viarias que deben mejorar y con infraestructuras ferroviarias. No me escondo de Cercanías, deben mejorarse. Si quieren, entonces, hablemos de ello en la réplica, si es que tenemos ocasión de hacer réplica, ¿no? De hecho, necesitamos cooperación para ello, entre administraciones, para mejorarlo. Y también en materia de energías renovables. Yo quiero la soberanía energética de Catalunya. Ya había dicho antes que tenemos unos datos muy mejorables.

Cataluña, en sexto lugar, no debe tener miedo a reformas, y debe ser ambiciosa en ello. La Administración requiere una sacudida. Yo tengo reconocimiento y cariño por la consejera de Presidencia, pero sí tiene una sacudida la Administración. ¿Sabe cuál es el plazo medio de una licencia de obras en Cataluña? Ya sé que la dan los ayuntamientos, pero requieren mucha participación. Bien, pero es un problema de Catalunya, que usted, yo creo que, como presidente, debería abordar. Siete u ocho meses –siete u ocho meses–, por una licencia, de medio plazo. Esto no puede ser. O el SOC. ¿Por qué las empresas pequeñas, medianas y grandes necesitan trabajadores y no las hay? Yo creo que debemos hacer una sacudida también completa en el Servicio de Ocupación de Cataluña.

En séptimo lugar, necesitamos seguridad y certeza, no sólo en el marco jurídico, que también, sino en las calles y barrios. Ha hecho usted referencia a los Mossos d'Esquadra. Yo creo que debemos ser mucho más contundentes en esto: cero tolerancia con las violaciones de la ley; cero tolerancia con las ocupaciones en Cataluña. Si pudiéramos tener el plan general de seguridad, podríamos ver cómo se orientan ustedes y podríamos realizar eventualmente algunas aportaciones en este sentido.

Y un último capítulo, de autoestima y de autogobierno. Octavo puesto, la personalidad política de Cataluña. Yo estoy orgulloso de la nacionalidad catalana, la voluntad de ser, ¿no?, de la que hablaba Vicens Vives. En primer lugar, defender nuestra cultura y nuestra lengua sólo faltaría. El catalán es la lengua propia de Cataluña. También el castellano es una lengua propia nuestra, y también yo concibo la defensa del castellano; no la concibo como un ataque al castellano. También creo que nos da riqueza a todos.

Y el papel fundamental que desempeñan en este capítulo los medios audiovisuales públicos, la corporación catalana de medios y las instituciones, de fortalecer las instituciones de autogobierno. En uno de esos viajes que usted ha hecho, creo que se reunió con el presidente de Córcega, Gilles Simeoni, que creo que ayer dijo –lo he leído en los periódicos– que Catalunya tenía, que ya le gustaría tener las competencias que tiene Cataluña y los catalanes tienen un estatuto extremadamente amplio.

Bueno, yo creo que debemos pensar en cómo mejorarlo. Fíjese qué le digo, pero sobre todo pensando en cómo ejercemos bien estas competencias y sacamos provecho. La autoexigencia de la que tan a menudo le hablo.

En noveno lugar, en este capítulo, el municipalismo. Cataluña no es nada sin Barcelona y sin sus 948 ayuntamientos, ¿no? Barcelona como cabeza y casal, que tanto contribuye a hacer Catalunya grande. Contando también con Girona, Tarragona, Lleida y los 948 municipios. A veces ha habido esa concepción de que reciben instrucciones del Gobierno. No, es una administración que tiene su espacio competencial y con el que debe entablarse una dinámica de colaboración.

Y, finalmente, creo que la fortaleza, lo que hace que un país vaya adelante es que tenga un mínimo consenso –un mínimo consenso. Los países divididos, sin consensos, no creo que puedan avanzar. Más fuertes cuanto más unidos, por decirlo en una frase, ¿no? Y para construir ese consenso, yo no conozco otro camino que sea el del diálogo. Joli apoyo el ejercicio de diálogo, y le reconozco el esfuerzo y el trabajo que realizan, el ejercicio de diálogo que tiene usted con el Gobierno de España. Tiene mi soporte. Le pido que la abramos aquí también, porque Catalunya es plural. Afortunadamente, diría yo. Plural. Entonces se comprometió a ello, y le pido que hagamos un ejercicio también de diálogo entre catalanes. También existen entre nosotros puntos de vista diferentes.

Éste es, en mi opinión, a grandes rasgos, ¿no?, diez tesis al proyecto que creo que Cataluña necesita hoy; es un proyecto alternativo al de su Gobierno. Pienso, y lo digo con toda humildad y con toda modestia, se va abriendo paso este proyecto. Yo trabajo para que se vaya abriendo paso. Y pienso que, al menos, no podemos dejar de considerar que sea el proyecto que en los próximos años gane apoyos suficientes en Cataluña. ¿Por qué? Porque un país que descuida la igualdad no tiene futuro. Las diferencias o desigualdades crecientes son uno de los disolventes sociales más peligrosos, rompen países, y en Cataluña las desigualdades en la última década han crecido.

Pienso que un país que no genera prosperidad no tiene futuro -no tiene futuro. Si no genera riqueza, nada hay que repartir. Y en Catalunya generamos hoy menos prosperidad que hace diez años. Y pienso, estoy convencido de que un país sin autoestima no tiene futuro. ¿Y cómo creerán los demás en Cataluña si nosotros mismos no creemos o cómo respetarán nuestro autogobierno si nosotros mismos a veces lo estropeamos?

Nuestro proyecto de país, nuestra alternativa pasa por construir juntos una Cataluña con más igualdad, que genere más prosperidad y que tenga más autoestima y mejor autogobierno.

Déjeme ser también muy claro, señor Aragonés, una vez más quiero decirle aquí en sede institucional, para construir, para buscar consensos, para encontrar acuerdos, para avanzar, para unir a los catalanes me tiene a su disposición.

Y ahora querría ser un punto más concreto, incluso, y un punto más específico, y proponerle cuatro pactos para este período de sesiones. Cuatro acuerdos, ¿no? Si usted lo considera, para intentar aprobar, en el último período de sesiones, avanzamos en la renovación de cargos institucionales, avanzamos en materia. Propongo cuatro.

Primero, un pacto social, ¿no? Yo ya había anunciado el soporte a las medidas que usted ha dado a conocer hoy aquí. Le haré más propuestas: un pacto social. No puedo dejar aquí tampoco de decir, porque me viene a la cabeza cuando los veo a ustedes, ¿cómo estaríamos hoy si no se hubiera aprobado la reforma laboral? Ha sido el gran acuerdo social que ha habido en España y en Cataluña, la reforma laboral, que ha permitido que no sólo trabaje mucha gente, sino que tengan un contrato, y sobre todo para el colectivo de mujeres, que ha sido probablemente de los más beneficiados en este capítulo. Yo le ofrezco aquí un acuerdo.

Un segundo en materia de infraestructuras aeroportuarias, viarias, ferroviarias y energéticas. Y me tendrá a su lado.

Propongo, en tercer lugar, que trabajemos en tres leyes. Una que usted mencionó a sus tres discursos de investidura, la ley electoral; yo estoy dispuesto a ello.

Una segunda, que tal vez sorprenda a alguien de esta cámara, pero que a mí me parece fundamental que abordamos, es la ley forestal. La aprobamos en el 86 o en el 88 –si hay alguien aquí de aquella época me lo puede decir– y conviene hacer una nueva ley forestal. Una ley forestal necesaria para apagar fuegos –para apagar fuegos. Yo sé que usted este tema le sigue muy de cerca. Si no cambiamos la ley forestal y permitimos que no crezca la masa boscosa en Cataluña. Y, por tanto, yo le propongo que aquí trabajemos. Y, por último, la ley del sistema de policía de Catalunya. Yo aquí también estoy dispuesto a trabajar con ustedes. Creo que es un tema importante. También le digo, con todo el respeto, que aquí tendrá que elegir a usted, con todo el respeto hacia los compañeros y compañeras o diputados y diputadas de la CUP, tendrá que elegir entre la CUP y nosotros. Si quiere, yo estoy abierto, si no, yo creo que con ellos en este tema no nos pondríamos de acuerdo.

Y le ofrezco también un pacto de presupuestos para 2023; yo lo he hecho, pero quiero volver a hacerlo en esta sede. He visto que existen diferencias también en este punto en su Gobierno. Sé que ahora corro riesgo al ofrecerle ese pacto de presupuestos de 2023 que algunos vean ganas de hurgar y poner leña al fuego. Nada de todo esto. Tampoco creo que haga falta que ponga yo más leña en el fuego. Es un ofrecimiento sincero. Es un ofrecimiento realizado desde la buena voluntad. Es un ofrecimiento realizado desde el convencimiento. Y es un ofrecimiento hecho desde una manera de ver las cosas diferente a la que tiene usted, pero que en aras de esa política útil que intento practicar, pues, no ve impedimento en que podamos intentar trabajar en este asunto. Porque, ¿no cree usted que sería mejor? ¿No es mejor en estos tiempos tener un presupuesto con amplio soporte? ¿No es mejor en estos tiempos que podamos avalar cuanto más determinadas políticas? ¿No es mejor, en estos tiempos, acordar ciertas líneas estratégicas? Incluso, si usted estuviera dispuesto, ¿para un horizonte temporal más amplio que el de un ejercicio presupuestario? ¿No cree o no creen que así darían más estabilidad al país? Yo no veo por qué debemos renunciar a ello. Yo, en todo caso, ofrezco mi disposición, y por nosotros no va a quedar. Queda dicho.

Y termino. Leía ayer, en la prensa, una reflexión que me pareció interesante, por positiva y optimista, sobre Catalunya. La firmaba Antoni Puigverd. Utilizaba un recurso muy útil y conveniente. Iba a lo concreto, a los hechos específicos. Yo creo que esto va bien, cuando hay a veces confusión y cuando el ambiente a veces es espeso. Yo creo que esto, ir a lo concreto, ayuda a encontrar el camino. En este artículo, Puigverd habla de Agramunt y de algunas iniciativas concretas relacionadas con una asociación llamada La Garba. Yo no conozco a esta asociación, pero él habla de eso. Y termina su artículo, después de relatar estas cosas concretas que él valora positivamente, termina el artículo con una reflexión que leeré literalmente.

Inicio de la cita: «Ya sé que la conflictividad y el tremendismo tienen éxito. Pero, a la larga, las llamas se apagan en la ceniza. En cambio, la vida siempre rebrota gracias a quienes no gritan, pero actúan; gracias a quienes tejen relaciones en vez de rasgarlas. Están de moda la queja, el drama, el miedo, el desencanto. Pero el país sigue prosperando gracias a los innovadores, a los inconformistas ya quienes, pudiendo dilapidar, invierten. Agramunt como ejemplo. No todo es devastación. Los abanderados de la sonrisa y los que intentan mejorar el entorno existen. Sin embargo, se empeñan en construir». Imagine, señor Aragonés, si su gobierno estuviera en el trabajo.

Muchas gracias.

 

Primera réplica

Gracias, señora Vergés. Gracias, señor Aragonés. No es una cuestión de estilo, es una actitud. No es una cuestión de estilo, la mano tendida y el intento de hablar con cierta serenidad, es una cuestión de actitud, le aseguro.

He escuchado con atención y me ratifico, me reafirmo: su acción, la acción s de su gobierno es muy pobre. Está en la banda baja, baja, baja, desde la recuperación del autogobierno, y no quisiera que se ofendiese. Le digo lo que veo lo que pienso. Claro que ha hecho cosas, sólo faltaría, año y medio. Claro que ha hecho cosas, pero no las que deben hacerse ni con la intensidad que deben hacerse.

En su réplica he vuelto a observar mucha cultura de la queja: «No tenemos dinero, no es suficiente. Nos retiran los fondos.» El País Valencià tiene peor financiación que Catalunya y ha hecho más cosas en materia de escudo social.

Le enviaré las propuestas que ha hecho al País Valenciano y no sentimos a su presidente todo el día quejándose, quejándose, quejándose. Escúcheme, hay cosas que mejorar, claro que sí. ¿Por qué no hace usted una propuesta de mejora de financiación? Yo, yo he hecho ya dos propuestas en este sentido, y voy a trabajar una tercera, y le haré llegar. ¿Por qué no se trabaja en ese sentido? Sólo quejarse, quejarse, y sólo habla de los fondos cóvido cuando los retiran, no que no les lleguen. ¡Hombre!

Es que así, señor Aragonés. Yo entiendo que usted debe defender su gobierno, sólo faltaría que no lo hiciera, pero hombre, si vamos sólo con cultura de la queja, creo sinceramente que no avanzaremos, que no avanzará el país. Ni se hace favor usted, en su gobierno.

Autoexigencia. Yo soy muy pesado con esto. No le pido en ningún caso la autoflagelación. Las cosas son difíciles, gobernar hoy es difícil, efectivamente, a usted le ha tocado gobernar en un momento difícil, qué me cuenta a mí, que también he tenido que tener elecciones en momentos difíciles, yo esto lo sé, y creo además además que soy comprensivo con la situación. Y he empezado mi intervención diciéndole que el momento era muy complejo. Ahora, algo de brio, que desde que volvemos del verano, todo el día hemos estado con peleas internas. Hace dos días que hemos empezado a oír alguna propuesta que mejora los problemas de la gente, el resto, un esfuerzo por mantener vivo su gobierno. Así es.

Creo en Catalunya –creo en Catalunya, creo en Catalunya– tiene mucho potencial. No quiero entrar a decir si me ha seguido o no, porque creo que usted tiene otro trabajo que seguir mis intervenciones, pero lo he dicho en varias ocasiones, y no le recrimino que no lo haya visto. Creo en Catalunya, pero Catalunya –y no es una frase mía– tiene su política desordenada, y su gobierno también. Y el principal reto de Catalunya es hoy ordenar la política catalana, su gobierno y las instituciones de Catalunya. Y yo con esto estoy dispuesto a ayudar.

En energías renovables, es verdad que se ha adelantado. Es verdad. Muy tímidamente – muy tímidamente. Casi que, a veces, cuando miro este tema, me siento un sentimiento de solidaridad con la consellera. Porque lo tiene difícil, porque venimos muy abajo. Y también le digo: no es suficiente con el ritmo. ¿Usted qué me tiene que decir? Hemos mejorado, sí, pero estamos muy por debajo –es que estamos muy por debajo. Es que debemos poner más brio.

No he oído hablar del Parque Tramuntana. Yo apoyo. Pues, diga, porque es la mitad de la energía de la provincia de Girona. Parque Tramuntana, sí. MidCat, sí. Y tendrá a su lado. Ya está. Vea qué sencillo. Y más parques Tramuntana, si se pueden realizar, y más energías renovables. Más brío en este tema también.

Formación profesional. No me sirve –no me sirve. Es verdad que no es sencillo poner en marcha, también le reconozco, un sistema de formación, es verdad, y es verdad que nuestra tradición educativa no va en ese sentido. Es verdad. Pero hay que centrarse más. Debemos centrarnos mucho más. No puede. Es que no puede. Usted me dice, hay mucha gente, muchos alumnos, muchos jóvenes que han querido hacer su curso, han querido iniciar el curso y no han podido hacerlo en un tiempo y forma, y ​​eso en un año con 200.000 servidores públicos y 33.000 millones de presupuesto, creo que debemos poder resolverlo. Y además, yo no le estoy poniendo «trabanquitas» en este asunto, es que le estoy diciendo que le ayudo. Es que quiero ayudarle, de verdad, y puedo entender que algunas cosas no vayan bien, pero no puede ser

Con el tema de los agentes sociales, escúcheme, muy bien el Pacto Nacional para la Industria. Yo vuelvo a decir: usted arrastra algo que yo creo que tardará tiempo en hacer olvidar, y entiendo que usted no me hable. Se llama reforma laboral. Se dice respetar un acuerdo, el más importante en décadas, al que han llegado los agentes sociales y los sindicatos y trabajadores. Que más ha contribuido en ese momento tan difícil que haya más trabajadores trabajando con mejores contratos. Bien, muy bien. Es decir, el pacto me parece bien, estoy de acuerdo, ya lo seguiremos, y en lo que podamos ayudaremos incluso.

Me ha extrañado que usted hable de boicot del Ministerio de Asuntos Exteriores. Me ha extrañado –me ha extrañado–. Y en este sentido no hace falta que me digan nada, me ha extrañado. Yo le estoy diciendo que tiene todo mi apoyo para viajar por el mundo, como habían hecho el presidente Pujol, el presidente Maragall y el presidente Montilla. Y le estoy diciendo que me encontrará a su lado, y le ayudaré con todo. Yo menciono a estos, no se lo tomen mal, hombre, menciono a estos. Ya saldrá el señor Batet a mencionar a los suyos. A mí déjenme mencionar el mío. Menciono a uno de ustedes, yo. Menciono uno. Menciono a uno de los suyos, que a veces veo que les cuesta mucho mencionar. Ya lo menciono yo: Jordi Pujol y Soley.

Cercanías. Cercanías. Yo, con Cercanías, quiero hacerle una pregunta: ¿Dónde está usted? ¿Con qué presidente me encontraré? ¿Me encontraré con el presidente que el mismo día que firma un convenio para mejorar la B-40 pide con llamada a un miembro de su gobierno que no asista, con dinero que aporta el Estado para hacer lo pactado por dos ayuntamientos? ¿Me encontraré con el presidente que desautoriza a su vicepresidente en materia de ampliación del aeropuerto? ¿O me encontraré un presidente que quiere solucionarlo? Pero, si quiere solucionarlo, a mí me tendrá al lado.

Supongo que le llega el CEO: 7,7 –su CEO; no es CIS, el CEO–; 7,7 los usuarios de cercanías ponen de nota en cercanías –7,7–, de los mejor valorados. Y supongo que nadie tendrá sospechas de que el señor Pere Macias, ex conseller de Territori, no es del PSC –no es del PSC–, ya les digo yo: «La inversión en Adif es mucho más alta en cercanías que en Madrid.» No, bueno, no lo digo yo, ¡lo dice él! ¡Lo dice él! Y dice que se están realizando inversiones. Les es incómodo, ya sé que les es incómodo. ¡Pero fíjese! Fíjese que han nombrado responsable del seguimiento de la inversión en Cercanías de Cataluña el señor Pere Macias, consejero de gobiernos no del PSC, y dice esto. Por tanto, yo pido aquí dos cosas: un esfuerzo de objetividad y saber dónde está usted. Y si usted está por resolverlo, a mí me tendrá a su lado. Y reitero las excusas que dio la ministra en su día. Y mire que le hubiera podido hablar de la T-Mobilitat y le hubiera podido hablar de la línea 9 y de muchas y muchas cosas mucho y muy mejorable también en materia de infraestructuras, y no lo hago, porque sé que es difícil y porque quiero que Cataluña avance, y no quiero estar anclado en la cultura constante de la queja.

Y sobre los consensos. Usted sabe dónde estoy, yo –lo he dicho varias veces–, y usted sabe dónde está el PSC en esta materia. Nosotros estamos para votar un acuerdo –estamos para votar un acuerdo– y estamos para mejorar el autogobierno, y haremos propuestas para mejorar el autogobierno, y estamos para hablar de ellos entre todos. Y se lo vuelvo a pedir –para que debo decirle, no se me ofenda mal–, pero la credibilidad en usted la tengo baja en este momento, porque acordamos PSC, PSOE y Esquerra Republicana –y yo estaba representando el PSC– que se abría un diálogo con tres patas y que una de esas patas era la mesa de diálogo que el señor Torra, el presidente Torra, convocó y usted no ha convocado. De las tres patas, la única que no va es esa. ¿Y qué confianza puedo tener yo en una persona que ni cumple el acuerdo ni explica por qué no lo cumple? Pues bastante baja –bastante baja, señor Aragonés.

Y esto es serio, porque, efectivamente, éste es un problema importante que tenemos en Cataluña; que afecta a la relación con el resto de España, pero que también debemos resolverlo entre nosotros, porque tenemos formas de pensar diferentes. Y usted, que es independentista, y el señor Batet, que es independentista, tienen todo mi respeto –espero que yo también tenga el suyo. Y le pido en este capítulo una cuestión: que miremos adelante y no atrás. Ah, usted se puede entretener, yo también podría entretenerme con las cosas que usted ha dicho –que también se ha contradicho bastantes veces, usted, con estos asuntos–; podría entretenerme. De nada servirá. Yo, mire, estoy por votar un acuerdo, por unir y no por separar.

Y le pido algo: no nos ponemos etiquetas de qué es demócrata y qué no es demócrata, de qué es democracia y qué no es democracia, no nos las ponemos. Sólo le digo que a mí no me afectan, porque intento ser un demócrata y respetar a todos, pero tampoco me gusta que me las pongan a mí. No vayamos por este camino, por favor.

 

Segunda réplica

Señora Vergés, señor Aragonés. Confío mucho en Cataluña; poco, me sabe mal decirlo, en su Gobierno. Muy rápidamente. Usted hoy ha hecho muy bien –y me excuso si lo había dicho, yo no lo había seguido, pero, escúcheme, le agradezco la claridad– a manifestar apoyo en Parc Tramuntana. Efectivamente, es una decisión del Ministerio de Transición Ecológica, pero es muy importante que el presidente de la Generalitat sea ​​claro en estos temas, porque tiene importancia su posición. Aunque no sea un expediente que deba resolver usted. Es muy importante. Por tanto, escúcheme, yo estoy también a favor.

Mire, estamos de acuerdo en este asunto. Y debemos mejorarlo, si se puede mejorar y debemos hacer una prueba piloto. Yo también estoy a favor. Y también en el Midcat. Y esto lo he dicho en público, que usted estaba en una posición acertada y estoy a favor. Fíjese, y pensamos muy diferente, pero en eso estamos de acuerdo. Estamos de acuerdo en esto, ¡fíjese! Y son dos proyectos muy importantes para Cataluña, España y Europa.

Sobre la actividad internacional creo que he sido muy claro. Tiene mi apoyo para realizar actividad internacional. Y se viaja por el mundo y veo que mucha gente no tiene problemas. Y si tiene uno y me lo explica y yo puedo ayudar a resolverlo, lo haré. Pero a ver si todavía no viajamos o no hemos viajado porque no nos dejan. Hombre.

Con Ximo Puig celebro que tenga una buena relación. Es un político de primer nivel. Yo creo que no hago nada mal si digo que, aparte de una relación de compañerismo y de compartir un mismo espacio político, tengo una relación de amistad con él. Y él habla de financiación autonómica, sí. Y trabaja la financiación autonómica, sí. Y hace propuestas con financiación autonómica, sí. Y tiene una posición de financiación autonómica mucho peor que la de Catalunya, sí. Y cuando debe reivindicar, reivindica. Yo creo que es lo correcto. Y si usted hace propuestas de financiación autonómica, me tendrá a su lado, y lo defenderemos. Pero yo no he visto ninguna propuesta de lo que piden, y más allá de decir que no sé cuántos millones no llegan. ¿Y qué hacemos para mejorarlo? Porque desde el 2014 está esto pendiente, y es dinero muy importante. Y, pues, mire, yo formé parte de un gobierno que con dos años muy críticos, a diferencia de gobiernos de otras épocas, dio 30.000 millones de euros a fondos perdidos en las comunidades autónomas, 30.000, y en Cataluña en llegaron 5.300,y no habían cada día aquí a recordar ni a decir, porque es lo que teníamos que hacer, ¿sabe lo que quiero decir?, es lo que teníamos que hacer.

Entonces, yo lo que sí creo que a veces sus intervenciones están como muy tejidas y sólo culpa de los demás, y eso no me gusta, porque, además, no hace para usted, lo digo sinceramente. Usted es un hombre que yo tengo por un hombre aseado, y no hace por usted eso. Hay cosas que van y hay cosas que no van, y no hace por usted, lo digo de verdad.

Acerca del diálogo y propuestas concretas. Mire, yo soy de los que piensa que las contradicciones hacen crecer, y yo tengo contradicciones, y tendré más, y mi formación política también, entre otras cosas, porque no hace un año que estoy por aquí, ya hace bastantes . El PSC, más de cuarenta, y ustedes más. Por tanto, vivo con normalidad, ¿sabe qué quiero decir? E intento explicarlas y comentarlas. Ahora, no nos hacemos trampas en el solitario. no lo hacemos.

Aquí hay un conflicto, ¿problema? Sí. ¿De relación Cataluña-España? Sí. ¿Entre catalanes? También, porque tenemos formas diferentes de entender las cosas. ¿El instrumento para resolverlo? El diálogo. ¿Con el Gobierno de España? Por supuesto. ¿Entre catalanes? También. Es lo que acordamos que haríamos, y no estamos haciendo, y esto le corresponde a usted hacerlo porque es el presidente de la Generalitat. Usted, yo no lo soy; lo es usted. Y yo es lo que le pido que haga, porque si no, ¿yo qué confianza tengo al firmar un acuerdo con usted? Qué confianza tengo si lo que firmamos no lo trae.

Entonces, le vuelvo a pedir esto. Y no nos hacemos trampas al solitario, porque si queremos resolverlo, debemos empezar por sentarnos, por generarnos confianza, y por ver en qué punto encontramos consenso. No lo encontraremos en la propuesta que usted ha hecho, me sabe mal decirlo. No lo encontraremos. Y usted dígame lo que piensan los militantes del PSC, y yo creo que lo sé algo mejor que usted, y sé que quieren votar un acuerdo, no una ruptura.

Pero con este tema, no quiero decirlo más de lo que sea estrictamente necesario, porque, efectivamente, es un tema relevante, muy relevante, y, efectivamente, quiero reconocerle, fíjese, que usted hace esfuerzos. Ahora podría yo quedarme donde me he quedado, no más esfuerzos por intentar encauzar las cosas. Y yo quiero ayudar con estos esfuerzos, yo soy muy sincero, pero no nos hacemos trampas en el solitario, eso no se hace, viniendo aquí diciendo: «Tengo la poción mágica.» No, esto no se hace. A mí me parece que sí, y de demócratas somos todos, y todos podemos mejorar en democracia. Todos somos todos, y yo también.

Gracias.

 

Intervención del 30 de septiembre de 2022

Buenos días, señora Vergés, señor Aragonés. Cinco consideraciones muy breves. Primera consideración. No sólo no ha servido este Debate de orientación de política general para orientar a la política catalana, sino que deja como resultado un gobierno en tiempo de descuento. Está muy bien dar la cara, señor Aragonés, y le agradezco, pero lo que hace falta es que dé respuestas y que ofrezca certezas. Segunda consideración. Usted fue investido por este cuarto después de tres sesiones y sin haber ganado las elecciones. Y constatamos hoy que, o ha perdido o tiene muy dañada la confianza de las formaciones que le invirtieron.

Tercera consideración. El resultado es un gobierno que no gobierna y que derrocha el tiempo de los catalanes, un tiempo colectivo que no les pertenece. Una actitud –lo digo con todo respeto– que considero irresponsable y un punto egoísta. Cuarta consideración. Su Gobierno, dicho sea también con el máximo respeto, es hoy un estorbo por el país, por Catalunya. Un país que tiene dinamismo, que tiene empuje, que tiene energía, que tiene capacidades para superar con éxito momentos muy difíciles y complejos.

Y por último, quinta y última constatación, un recordatorio. Tarradellas, protagonista del restablecimiento de la Generalitat, cumplió ayer cuarenta y cinco años, advertía que en política se puede hacer todo menos el ridículo.