El pasado 24 de febrero, la Rusia de Putin inició una ofensiva militar para invadir Ucrania que, hoy, todavía sigue. El conflicto está teniendo un fuerte impacto en las vidas de los ciudadanos europeos y, en general, en todo el mundo.

La primera y más grave consecuencia generada por la guerra ha sido una crisis humanitaria sin precedentes en Europa desde la II Guerra Mundial. Más de 7,4 millones de ucranianos y ucranianas se han visto obligados a buscar protección en otros países europeos, según los últimos datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. En España hay 143.345 personas con estatus de protección temporal, mientras que la población ucraniana en Catalunya con tarjeta sanitaria es de 21.930, aunque Cruz Roja ha atendido desde el inicio del conflicto hasta a 53.500 personas de ese país.

El conflicto también ha provocado, en toda Europa, uno aumento de los precios tanto de la energía como de la cesta de la compra, que está impactando en las economías familiares más modestas.

En Cataluña, el IPC se sitúa en el 10,2%, con los alimentos disparados. Estos últimos registraron una subida interanual del 12,1% en agosto, tasa siete décimas superior a la del mes anterior. Destaca, sobre todo, el encarecimiento de la carne, el pan, los cereales, la leche, el queso y los huevos, todos ellos productos básicos

Se constata, pues, una vez más que los más débiles siguen siendo los más afectados por las consecuencias económicas del conflicto. El 25,9% de la población de Cataluña se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. Según el último informe de Unicef, la pobreza infantil se cronifica en Cataluña. El 31,8% de los niños y adolescentes, más de 465.000, se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social.

Por estos motivos, el Govern Alternatiu de Catalunya presenta este Plan de choque para hacer frente al aumento de precios.