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“Nicolás Redondo. El sindicalismo de clase al servicio de la transformación social”. Miedo Cándido Méndez.

3 abril 2023

"Nicolás Redondo. El sindicalismo de clase al servicio de la transformación social". Miedo Cándido Méndez.
Publicamos este artículo de Cándido Méndez, ex secretario general de la CGU, con motivo de la muerte de Nicolás Redondo, el histórico dirigente sindicalista y socialista, el pasado 4 de enero. Agradecemos la cesión de este texto, para su publicación, a los compañeros y compañeras del CEDESC (Centro de Estudios y Debates de la Izquierda Socialista de Cataluña).

 

Nicolas Redondo ha fallecido a la edad de 95 años, con una vida cumplida en su compromiso por la dignidad del trabajo y el progreso social, siendo esa una altura vital donde la fuerza inexorable de la naturaleza es la que actúa.

Nicolas Redondo es el exponente de una etapa de la historia de España en la que se han producido terribles tragedias, como la Guerra Civil provocada por unos militares golpistas que se alzaron contra las autoridades democráticas y contra su propio pueblo, y éste, con las armas en la mano supo resistir casi tres años frente a la mayoría de su propio ejército apoyado por las potencias militares europeas más importantes del primer tercio del siglo XX, la Italia fascista de Mussolini y la Alemania nazi de Hitler.

Nicolas fue un niño de la guerra, exilado en la Francia. Retorno a España y creción en una familia socialista, vencidos y humanoillados, pero que mantuvieron viva la llama de la libertad y el socialismo durante los duros años de la dictadura, en los que se fraguó su carácter y capacidad de liderazgo político y social. Nicolas, reconocido como referencia fundamental en la clandestinidad para encabezar la dirección política del PSOE en el interior de la España franquista, preferió centrarse en la reconstrucción de la Unión y dejar paso a un grupo de jóvenes socialistas, encabezados por Isidoro (número de guerra de Felipe González) para dirigir el partido, a partir del Congreso de Suresnes.

Las ansias de libertad del pueblo español, ya expresadas antes de la muerte del dictador, se desplegaron como una gran ola de ilusión y esperanza, y en la dimensión sindical ugetista se concretó en el XXX Congreso de UGT en 1976, celebrado en Madrid en la ilegalidad, pero no en la clandestinidad, que supuso un paso decisivo en el proceso de arrancar parcelas de libertad al régimen en su agonía. En este Congreso la UGT, como Nicolas al frente, se reafirmó en su compromiso democrático y en la libertad sindical, genuino rasgo histórico del sindicalismo español, caracterizado por la pluralidad, frente a quienes pretendían proseguir, en la etapa democrática, con la fórmula del sindicato único ocupando el sindicato vertical, “con los ascensores en marcha”

Ya en la etapa constitucional, UGT lideró una estrategia sindical para democratizar las relaciones laborales y aproparnos a los estándares europeos, en solitario durante los años 80, con un impacto social superior a los Pactos de la Moncloa, no firmados por UGT-E . Nuestras propuestas para la reducción de la jornada laboral, traducidas en la ley de 30 días de vacaciones y la jornada laboral de 40 horas, o la definición de modelos de negociación salarial que compatibilizaban la lucha contra la inflación (superior a finales de los 70 al 25%) con la preservación del poder adquisitivo de la clase trabajadora y la recuperación del empleo, golpeado con dureza por la crisis económica de entonces, se tradujeron en una serie de acuerdos marcos interconfederales con la CEOE.

 Mención especial y aparte merecen los acuerdos para la consolidación del sindicalismo de clase, a través de las secciones sindicales, que definió un modelo de doble representación en el seno de las medianas y grandes empresas, a través de los órganos de representación unitaria, delegados y comités, junto a la genuina representación sindical que son las secciones sindicales, que, a su vez, se convirtió en la viga maestra para la negociación colectiva soportada por las grandes confederaciones sindicales. Estos contenidos forman parte esencial del Estatuto de los Trabajadores de España, y han permitido que la negociación colectiva en España tenga una capacidad de cobertura para la clase trabajadora, particularmente en las empresas de menos de 50 empleados, que son las que emplean a más del 60 por ciento de los trabajadores, superior a la de países europeos tales como Alemania o el Reino Unido.

Tras la dura etapa de la reconversión industrial, con cierres de empresas, despidos y con movilizaciones y acuerdos, que incorporaron importantes medidas de protección para los trabajadores afectados, España se incorporó a la UE en 1986, lo que supuso una importante llegada de fondos económicos y el inicio de un período de crecimiento económico donde se pusieron de manifiesto con mucha dureza las tensiones entre el gobierno socialista, UGT y el conjunto del movimiento sindical, por la insuficiente redistribución de los frutos del crecimiento económico, tras los sacrificios soportados por los trabajadores. Esa tensión creciente, culminó en la Vaga General del 14 de diciembre de 1988, explosión democrática de rechazo a la política del gobierno, que ni ha tenido, ni tendrá, parangón, por su dimensión en la historia de las movilizaciones democráticas en España.

El 14D dio sus frutos, como la paralización del mal llamado Plan de Empleo Juvenil, y la aprobación, arrancada por un acuerdo social, de la última malla de protección social en el ámbito de las pensiones, como es el sistema de pensiones no contributivas, que no existía hasta esa fecha. El 14D supuso también la consolidación de la autonomía sindical respecto a los partidos políticos, y la adecuación de éstos y de los sindicatos de clase a los papeles singulares que la constitución española les atribuye en el título preliminar, como pilares de la arquitectura para la convivencia democrática en España.

 Nicolas Redondo ha sido una figura clave en la historia de España democrática para la consolidación del Sindicalismo de clase en una etapa en la que tuvimos que afrontar el proceso de recuperación de las libertades democráticas y hacer realidad la aspiración de la clase trabajadora para incorporarnos a Europa, como la gran patria del estado del benestar, cuando ésta, ya estaba bajo asedio de la revolución conservadora, que a finales de los 70 y principios de los 80 tuvo un impulso decisivo con Thatcher y Reagan, contaminando la política con la ideología neoliberal que degrada el valor del trabajo, arrincona el papel de los sindicatos y proclama el fin del Estado del Bienestar.

 Nicolas Redondo consciente de que era fundamental mejorar la correlación de fuerzas del movimiento sindical incorporó UGT de España a la creación de la confederación europea de sindicatos, CES-ETUC, aún en la clandestinidad (corría el año 1973) estando ya afiliados a la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales libres, CIOSL (ahora CSI-ITUC) fundada en 1949.

Nicolas Redondo en tiempos convulsos y llenos de esperanza para el pueblo trabajador español, que abarcaron la lucha antifranquista, la conquista de la democracia, la incorporación a Europa y la ofensiva neoliberal, supo defender de forma indomeñable los derechos de la clase trabajadora española, pragmatismo, pero sin renunciar a los valores de la izquierda. Cambiar sin traicionar era la expresión para la acción que siempre tuvo presente, y esta coherencia le provocó sinsabores, amarguras y enfrentamientos que nunca hicieron mella en sus profundas convicciones sociales y políticas orientadas siempre a la profunda transformación social y democrática de España-

 Quiero, en estas reflexiones finales resaltar el hecho de que siempre estuvieron con UGT de España y Nicolas Redondo, sobre todo en los momentos mas difíciles, los militantes de Izquierda Socialista, a quienes deseo agracer la oportunidad de escribir estas líneas de póstumo reconocimiento a Nicolas Redondo, a quien tuve la responsabilidad y honra de suceder en la Secretaría General de la Unión General de Trabajadores de España.

 

Cándido Méndez Rodríguez, afiliado a UGT-E y al PSOE desde 1970. Secretario General de UGT-E entre 1994 y 2016, y Presidente de la CES-ETUC entre 2003 y 2007.