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¡Las comarcas tarraconenses necesitamos un gobierno ya!

4 2022 octubre

Rosa_M_Ibarra
En las comarcas tarraconenses necesitamos un Gobierno en la Generalitat que sepa que Cataluña existe en el sur del Llobregat. Seguir derrochado tiempo y energías en llamarse de todo entre ellos -no sólo en privado sino ahora también ya en público- es una actitud impropia de alguien que quiere ser presidente de la Generalitat.

Les hago una confesión, siempre me ha impresionado la dignidad que emana del comportamiento institucional de los presidentes de la Generalitat. El 20 de julio de 1936 una delegación de la CNT-FAI, que en aquellos momentos eran los dueños de la calle una vez aplastada la rebelión militar en Barcelona, ​​se reúne con el presidente Companys en el Palau de la Generalitat. Llegan con las armas en la mano y las dejan sobre la mesa. Básicamente, vienen a decirle al presidente Companys que se vaya a casa. Company, categórico, responde: “el presidente soy yo. Es el pueblo quien me ha elegido presidente y sólo el pueblo de Catalunya me puede echar.” Es lo que repite, de hecho, en la parodia del consejo de guerra que los verdugos franquistas le hacen en 1940 antes de fusilarle. “Yo soy el presidente de la Generalitat por mandato del pueblo de Cataluña, y lo sigo siendo.”

La misma autoridades que demostró al presidente Josep Tarradellas durante todos sus años de exilio. La frase brutal del presidente Suárez la primera vez que se reunió con él: “usted no es nadie”, y la respuesta inequívoca de Josep Tarradellas: “yo soy el presidente de la Generalitat, elegido por los diputados supervivientes de las elecciones democráticas de 1932. Y seré el presidente hasta que el pueblo pueda volver a pronunciarse en elecciones libres.” Chapeua!

Y esa dignidad de las instituciones catalanes, empezando por la misma presidencia, es la que reconocía a todo el mundo (dentro y fuera del país)… hasta hace unos años. Ahora esto se ha perdido fruto de la irresponsabilidad y de la falta de sentido de la realidad de personas que, dicho sea con el máximo respeto, a veces pienso que hubieran hecho más servicio en Cataluña dedicándose a la literatura de ficción que no paso presidiendo instituciones que son de todo el pueblo y que tienen una tradición gloriosa detrás.

Estos días (días, semanas, años…) ERC y Junts han acentuado su particular juego del despropósito malgastando sus energías al lanzarse los platos de la cabeza en lugar de trabajar para resolver los problemas reales de los catalanes y catalanas a pie de calle. Da miedo pensar que una sociedad golpeada por una inflación superior al 10% y con las dificultades económicas que sufren las economías familiares tenga que ver, asombrada, cómo aquellos que tienen la responsabilidad de plantear soluciones se dediquen a lanzarse “ultimátums” cada semana , en una tragicomedia indigno del sentido de la responsabilidad que siempre ha demostrado el pueblo de Catalunya.

Si esto es triste a nivel de país, tiene mayor relevancia en las comarcas de Tarragona donde -desde que hay Gobiernos independentistas en Barcelona- las inversiones de la Generalitat se han reducido en dos terceras partes en relación al período de Gobierno de los presidentes Maragall y Montilla. Una propuesta, en positivo, del PSC en el Parlament pidiendo al Govern que invierta en el Camp de Tarragona y las Terres de l'Ebre, como mínimo, lo que representamos tanto en lo referente a nuestra población como a nuestro PIB en el conjunto nacional se ha ignorado reiteradamente. Y, subrayo, ¡se ha ignorado! Ni siquiera han tenido la decencia de explicarnos el porqué de esa desinversión objetiva en nuestras comarcas. Sinillamente, no dan ninguna explicación, ni aportan ningún razonamiento. Penosísimo…

Así, ciertamente, no podemos seguir. En las comarcas tarraconenses necesitamos un Gobierno en la Generalitat que sepa que Cataluña existe en el sur del Llobregat. Seguir derrochado tiempo y energías en llamarse de todo entre ellos -no sólo en privado sino ahora también ya en público- es una actitud impropia de alguien que quiere ser presidente de la Generalitat.

Porque si tanto el presidente Macià, como el presidente Companys, como el presidente Tarradellas (los tres presidentes de ERC, aunque si -pongamos por caso- el presidente Tarradellas viera lo que han hecho los dirigentes de ERC estos últimos 10 años ¡se pondría las manos en la cabeza!) fueron capaces de negociar y de llegar a acuerdos con el Gobierno español no fue para tener un cargo oficial sino para ejercerlo con dignidad sabiendo que representaban a todo el pueblo de Cataluña, y no tan sólo a sus partidarios más radicales. Señor Aragonés, ¡no alargue la agonía! Es un absurdo intentar ocultar la descomposición de un Gobierno como el suyo que degenera todos los días que pasa. ¡Las comarcas de Tarragona necesitamos un Gobierno ya! Tal y como pide, con razón, Salvador Illa piense más en los catalanes y catalanas y menos en su interés político partidista a corto plazo. Y, como diría el poeta, recuerde que el sur también existe.

Rosa María Ibarra. Diputada en el Parlament por Tarragona