Léon Blum nació el 9 de abril de 1872 en París, en el seno de una numerosa familia judía originaria de Alsacia.
La primera parte de su vida la dedicó, por un lado, a la escritura, como crítico literario y ensayista, y, por otro, al estudio de las leyes y del derecho. En su paso por l'École Normale Supérieure, se especializa en derecho público y, con 23 años, ingresa en el cuerpo de auditores del Consejo de Estado. Mientras tanto, Blum colabora en las revistas La Conque (donde también escribe André Gide), El banquete (que cuenta, entre otras, con firmas como Marcel Proust), la Revue Blanche, la Grande Revue, i La mañana.
laAsunto Dreyfus le lleva al activismo político, adoptando un compromiso público nítidamente favorable al oficial judío francés (alsaciano, de hecho, como la familia de Blum), acusado y condenado injustamente por delitos de espionaje con pruebas falsas, en lo que va ser un claro ejemplo de conjura antisemita. Este episodio, junto con una conversación con Lucien Herr, intelectual y bibliotecario del'École Normale Supérieure , conducen Léon Blum al socialismo. De este modo, entra en contacto con intelectuales implicados en conseguir la aún pendiente unidad de las fuerzas socialistas, colabora en el diario socialista L'Humanité, y conoce a su fundador Jean Jaurès (a quien dedicamos el artículo histórico hace dos años https://www.socialistes.cat/actualitat/jean-jaures-1859-1914/ que ejercerá en Blum una importante influencia.
Por entonces, contribuye a elaborar la Bibliothèque socialiste, sin que el marxismo (entonces muy mayoritario en el socialismo) acabe de influenciarlo del todo, ya que Blum cree por encima de todo en el rol determinante de los individuos y la acción de las ideas en la política. En 1905, se afilia al partido resultante de la unidad socialista, la Section Française del International Ouvrière (SFIO), y se ocupa de la sección literaria de Humanidad, su diario de referencia.
El asesinato de Jean Jaurès a manos de un nacionalista extremista en 1914 y el inicio de la Primera Guerra Mundial provocan en Léon Blum su paso definitivo a la acción política en primera línea.
En 1919 es elegido diputado en la Asamblea Nacional, y al año siguiente participa en el Congreso de Tours que acabó con la escisión de los comunistas de la SFIO, manteniéndose fiel el legado de Jaurès: Blum es firme partidario un socialismo reformista y humanista, y cree en la transformación progresiva de la sociedad por encima de rupturas revolucionarias. Sin embargo, en los años treinta, ante el ascenso del fascismo a Europa no duda en reagruparse decidida y estratégicamente con los comunistas y el partido radical, para construir el Frente Populaire.
Con la victoria del Frente Populaire en las legislativas de 1936, Léon Blum se convierte en presidente del Consejo de Ministros. Una corriente de inmensa esperanza en todo el país marca los inicios de su mandato y Blum pone en marcha amplias reformas económicas y sociales: semana laboral de cuarenta horas, vacaciones pagadas de dos semanas, convenios colectivos, etc.
Sin embargo, la crisis económica sigue castigando especialmente a las clases populares y el contexto político internacional se encamina inexorablemente hacia la guerra. En octubre de 1936 se ve obligado a ordenar la devaluación del franco y en febrero de 1937 debe proclamar una pausa de las reformas anunciadas. Léon Blum se ve presionado, por un lado, por la impaciencia de las masas populares, y, por otro, por la oposición de los conservadores. Sólo un año después de haber ganado las elecciones, en junio de 1937, Léon Blum se ve obligado por el Senado a dimitir.
Víctima de antisemitismo toda su vida, Blum fue además uno de los ochenta parlamentarios que se negaron a votar los plenos poderes en favor del mariscal Pétain. Por eso es detenido y encarcelado en 1940 por orden del gobierno colaboracionista de Vichy. En estos tiempos de encarcelamiento, en la siniestra cárcel de Bourrassol, escribe sus Memorias (Ed. AHR, Barcelona, 1956) y su trabajo À el échelle humaine: convencido de que Alemania sería vencida, hace un llamamiento a una revolución moral de la juventud para reconstruir la nación siguiendo el espíritu de 1789, y expone su concepción humanista del socialismo. En 1943 Blum es deportado primero al campo de concentración alemán de Buchenwald, y después al de Dachau. Es liberado en mayo de 1945 por el ejército estadounidense, y llega a dirigir el último gobierno provisional francés entre diciembre 1946 y enero 1947. Muere de un infarto el 30 marzo de 1950, en la casa familiar de Jouy-en- Josas.
Continuador del camino de unificación del socialismo democrático en Francia emprendido por Jean Jaurès, se convirtió en el líder moral de la SFIO (hasta su muerte) y fue jefe del gobierno del Frente Popularie, el primer socialista y el primer judío en dirigir un gobierno (en una época de expansión antisemita), perseguido por el régimen de Vichy ya la vez enemigo número 1 del Partido Comunista Francés. Una de sus misiones, a lo largo de su vida política, fue la de mantener el socialismo francés firme ante el riesgo de deslizarse hacia el conservadurismo burgués por un lado, y ante la amenaza bolchevizante del comunismo del otro. En el Congreso de Tours, en 1920, Léon Blum dirigió las siguientes palabras a los delegados justo antes de votar sobre la adhesión de la SFIO a la Tercera Internacional: “Estamos firmemente convencidos, mientras perseguís la aventura, de que alguien debe quedarse y guardar la vieja casa”. Y también: “Por primera vez en la historia del socialismo está pensando en el terrorismo (…) como un medio de gobierno. Es esto, ese énfasis en el terror dictatorial (…) lo que te diferencia, y siempre te diferenciará, de nosotros”. Blum ganó la votación y la SFIO permaneció en la Internacional Socialista o Segunda Internacional.
Tony Judt, en su libro El peso de la responsabilidad (del año 1998, pero traducido y publicado por Taurus en 2013, dedicado a las figuras de Léon Blum, Albert Camus y Raymond Aron), distingue a Blum del resto de republicanos franceses por su búsqueda de la razón y la lógica: si la república es buena, es porque es justa; y para que sea justa debe asegurar no sólo una justicia política y civil, sino también una justicia social para todos. Léon Blum, como Jaurès, era republicano porque era socialista. De fuertes convicciones propias, combatía el dogmatismo dominante a la izquierda, y era valiente al defenderlas cuando otros se escondían. Un buen ejemplo de ello fue la lucha interna que lideró a finales de los años treinta, sin éxito, para que los socialistas franceses dejaran de ser espectadores frente a la escalada imperialista de Alemania. En el contexto de extrema polarización propio del período de entreguerras, las posiciones de Léon Blum marcadas por su gran capacidad de anticipar las derivas del fascismo, del nazismo y también del estalinismo y del régimen de Vichy, le generaron odios a diestro y siniestro.
Blum representó con firmeza el ideal francés de una república universal, igualitaria y con conciencia cívica. En contrapartida, como él mismo reconoció, podría haber hecho mucho más por superar la incapacidad de la socialdemocracia francesa de asumir su condición y su tiempo. A pesar de una trayectoria y una autoridad moral incuestionables, existe un cierto consenso en el que no fue capaz de conducir al partido hacia un esfuerzo de renovación doctrinal, más allá de reclamar públicamente y en sus artículos la necesidad de un pensamiento nuevo y un liderazgo político a la izquierda más decidido, ante la doble amenaza de los totalitarismos comunistas y de los autoritarismos gaulistas.
Para profundizar en la figura de Léon Blum, además de las ya citadas memorias, su obra Al échelle humaine, y El peso de la responsabilidad de Tony Judt (Ed. Taurus, 2014), se puede encontrar una exhaustiva biografía a cargo del historiador Jean Lacouture (leon blum, ediciones du Seuil, primera edición de 1977), en francés.
Por último, encontramos especialmente interesante y muy recomendable Léon Blum, une vie heroico: una colección de nuevo podcast que la radio pública France-Inter (Radio France) publicó hace un año, repasando su intensa vida y su compromiso con el socialismo democrático.
F.G.A.
Léon Blum, une vie heroico (Colección de 9 podcast, en francés, producidos por France-Inter)