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"La sociedad del abuso". Isabel Darder.

16 mayo 2023

"La sociedad del abuso". Isabel Darder.
Compartimos la Nota Quincenal de Análisis Política firmada por Isabel Darder, maestra y pedagoga terapeuta. 

 

ABUSO: EXCESO, ADICCIÓN, aprovecharse de la vulnerabilidad y/o la dependencia. El abuso siempre ha estado presente en las sociedades humanas pero en nuestra civilización moderna, individualista y tecnológica, este concepto resulta muy explicativo. La sobreabundancia productiva, pero mal distribuida que hemos alcanzado permite y al mismo tiempo estimula el abuso mientras la hiperconectividad y la transparencia extrema en las que vivimos exponen a la luz cada vez más abusos y aumentan exponencialmente el factor imitación. El abuso de recursos naturales, el abuso del Sur por parte del Norte o la explotación laboral son abusos estructurales que tenemos muy presentes. Sin embargo, para ilustrar esta sociedad del abuso en la que vivimos, nos centraremos en dos ejemplos de carácter social tanto o más desgarradores: el alcoholismo y el abuso sexual infantil.


SOMOS CONSUMIDORES EXCESIVOS
individuales y colectivos de alcohol. Ya en los años 70 en los institutos, en las sesiones educativas sobre drogas, se decía que el alcohol era una droga dura como la heroína y la cocaína. El alcoholismo es uno de los males más graves de nuestra sociedad por su alto consumo social y familiar. La pandemia ha agudizado el excesivo consumo de alcohol. Se han duplicado las conductas de ingesta compulsiva y riesgo entre las mujeres. En las más jóvenes, el fenómeno es aún más evidente. Con datos de 2021, el consumo de riesgo fue del 7,9% en mujeres y del 14,1% en hombres, cuando en 2016 era del 4,2% y del 9%, respectivamente. Donde más se observa ese crecimiento es entre los más jóvenes. Una de cada 10 mujeres y 1 de cada 5 varones de entre 15 y 44 años tiene un consumo de alcohol que se considera de riesgo. El 4,2% de las muertes en el país son atribuibles al consumo de alcohol. A pesar de la agudización del consumo de riesgo, atribuido a efectos de la pandemia, es importante constatar que el consumo total de alcohol disminuyó, durante 2020, hasta un 15%. En 2021 todavía no se había recuperado, afortunadamente, el consumo de 2019. Estos datos, recogidos en el informe anual 2022 del Observatorio Español de las Drogas y de las Adicciones, son los recogidos por la AEAT. Es probable que un descenso tan acusado del consumo se deba al cierre de la hostelería durante los confinamientos y la caída del turismo. Habrá que esperar a los datos de 2022 para verificar si el consumo global de alcohol se mantiene todavía en una cota más baja que en 2019. Esto sería una gran noticia.

 

TAMBIÉN LAS DROGAS van haciendo de las suyas y cada vez más algunos jóvenes quedan anestesiados por ellas, encontrando un refugio para resignarse y soportar la falta de resistencia a la frustración a la que la sociedad actual les conduce. Muchos adolescentes están perdidos en un marco de convivencia en el que algunos de sus progenitores no les dan herramientas para enfrentarse a la presión social narcisista que les imponen, entre otros factores, las redes sociales. Redes sociales que llevan a muchos niños a carecer de la atención de sus progenitores que son adictos. Existe un empeoramiento del lenguaje infantil por la falta de diálogo, de aprendizaje por imitación e información significativa de los adultos hacia sus hijos. Adultos adictos a móviles, tabletas, ordenadores. Los niños y adolescentes, nativos digitales, son dependientes de los aparatos, que están condicionando su forma de vivir. Por poner dos ejemplos: Comer mirando una pantalla digital aumenta la ingesta de alimentos, lo que conlleva una alimentación poco saludable. Entre los niños que utilizan con frecuencia elementos digitales está aumentando la miopía.

 

TAMBIÉN LAS EXIGENCIAS actuales en la productividad, consumistas y competitivas pueden hacernos adictos, en muchos casos, al juego, a la comida, al sexo y al trabajo (hay más exigencia al estar disponible a cualquier hora para finalizar el proyecto imprescindible de la empresa).

 

EL SEXO seguramente es el más grave cuando se ven afectadas terceras personas y más si son menores. Nuestros niños y adolescentes están consumiendo masivamente pornografía donde existe una alta dosis de abusos y violencia constante contra las mujeres. Son barbaridades machistas que están intoxicando el futuro. En algunos casos, la pornografía ya empieza a consumirse a los 8 años. Últimamente estamos viendo en los medios de comunicación casos de abuso sexual infantil entre menores. Menores que atacan en grupo a otros menores indefensos y que lo exhiben en las redes sociales. Lugar en el que también los abusadores buscan posibles víctimas. El 11,9% de los abusadores tiene menos de 20 años. Esto sólo es la punta del iceberg. Un cóctel narcisista, de excesos o abusos que debe hacernos reaccionar y ver que está pasando. No podemos esconder más que nuestros consumos adultos (alcohol, drogas, juego, comida, sexos) se está extendiendo a nuestros niños y jóvenes.

 

SEGURO EL ABUSO SEXUAL infantil es el peor abuso porque les deja secuelas de por vida que les harán no quererse y se sentirán culpables de lo que les ha pasado. Es el peor daño que se le puede hacer a un niño, persona que necesita vínculos seguros y estables, que confía en los adultos de su entorno. De los abusos conocidos el 76% se han cometido dentro de las familias. Un todavía enorme tabú, un mal silenciado que se comete sobre personas indefensas. Cómo lo define Naciones Unidas: el crimen encubierto más extendido en la humanidad. 1 de cada 5 niñas y niños sufren abuso sexual infantil antes de los 17 años. De éste, un 60% nunca recibirá ningún tipo de ayuda y el 90% no dirá nada hasta la edad adulta. Nuestros niños nacen con un 20% de posibilidades de sufrir abuso sexual infantil. Del 21-23% en niñas y un 10-15% de los niños. Los niños abusados ​​son en su mayoría entre los 11-12 años por una autoridad conocida, entrenador, monitor, profesor… Las niñas entre los 7-9 años por una agresor del entorno familiar. 6 de cada 10 son conocidos por el niño.

 

EL ABUSO SEXUAL INFANTIL es el último escalón de esta cadena porque está trastornando la infancia. Es un abuso de poder, una relación manipuladora de sentimientos, debilidades y necesidades. El abusador es mayoritariamente conocido del niño. No se conoce todavía un perfil común de persona abusadora. De los abusadores conocidos, el 87% son hombres. Aunque es un fenómeno que se ha dado a lo largo de los tiempos es el momento de desterrarlo de su tabú, mientras sea un secreto traumático no podremos detectarlo. No podemos permitirnos este trastorno social.

 

BIENVENIDO sea ​​todo el movimiento para desenmascarar el abuso institucionalizado de la Iglesia Católica pero se necesitan más campañas contra el abuso sobre los demás y sobre todo servicios para defender la infancia más efectivos, coordinados entre ellos y con los servicios judiciales (sólo el 13% de las sentencias aceptó el testimonio grabado del niño, a menudo deben declarar hasta 4 veces), policiales (se cree que sólo el 15% de los casos son denunciados), de salud (tratar a los niños en riesgo) y educativos (sólo el 15% de los centros escolares en los que un niño ha comunicado que había sufrido un abuso lo explicó a las autoridades). El 70% de las personas que sufrieron abusos siendo niños asegura que se lo contó a alguien y no pasó nada. Es muy difícil detectar un abuso sexual infantil: por eso es necesario fomentar unas relaciones familiares positivas y educar en sexualidad, no sólo desde una perspectiva biologista o de prevención de riesgos, sino incorporando contenidos de respeto, eliminación de prejuicios, el consentimiento o la construcción de relaciones sanas.

 

CUANDO HABLAMOS de sociedad del abuso nos vienen a la cabeza muchos tipos de abusos que se cometen en nuestra sociedad. De los cuales, si tenemos una vida mínimamente ocupada o tranquila y equilibrada creemos que estamos excluidos. Pero estamos muy equivocados porque el abuso en la sociedad actual es desgraciadamente todavía algo endémico. Es necesario combatirlo con todas las herramientas a nuestro alcance si realmente queremos tener una sociedad justa.