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Jacques Delors, compromiso con Europa (AA.VV., 2024)

29 de febrero 2024

¿Qué diría Jacques Delors (1925-2023) sobre ese momento político? Una de sus frases más reconocidas es que “Europa es una construcción que hay que reinventar constantemente”: nunca es un proyecto terminado, pide estar dispuestos a mejorarla constantemente.

En 2024 llega cargado de citas electorales importantes. En el ámbito europeo, además de elecciones nacionales en Austria, Croacia, Bélgica o Portugal, el 9 de junio hay elecciones al Parlamento Europeo. Las encuestas indican que el Parlamento Europeo podría sufrir un importante ascenso de los grupos euroescépticos y de la extrema derecha, que tendrían la mayor representación de la historia hasta ahora.

En España, las elecciones europeas tienen circunscripción única, lo que obliga a pactos entre las distintas fuerzas políticas para garantizar su representación. Listas que fueron comunes en 2019 se dividirán en 2024, y, por el contrario, se formarán coaliciones irrepetibles a escala local o autonómica. En los próximos meses viviremos un intenso debate por la creación de estas listas y sobre quién las encabezará. 

¿Qué diría Delors sobre ese momento político? Una de sus frases más reconocidas es que "Europa es una construcción que hay que reinventar constantemente". Para él, Europa nunca es un proyecto terminado, sino que pide estar dispuestos a reinventarla y mejorarla constantemente. Además de una demarcación territorial, es una “idea”, que contempla unos valores y una forma de hacer política, que debe adaptarse a los nuevos desafíos y cambios en el mundo, sea en términos políticos, económicos o sociales.

La adaptación a los cambios, según él, debe hacerse con valentía y determinación y saber encontrar las oportunidades que vienen asociadas; hay que poder mirar el cambio como un espacio para el crecimiento y la transformación, buscar nuevos caminos para innovar en la forma de atender a los problemas y encontrar soluciones quizás nunca pensadas.

Sin embargo, esta apertura de miras sólo se puede mantener si no olvidamos uno de los ejes fundamentales de la “idea de Europa” y que representa el sustrato de su construcción: el principio de solidaridad. Según otra cita famosa de Delors "la solidaridad es el valor fundamental que sustenta Europa"; solidaridad entendida como colaboración y apoyo mutuo entre los países y la ciudadanía europea, ésta es la base sobre la que se construye el proyecto común de integración. Implica el trabajo de todos por objetivos comunes, que tenga en cuenta las diferencias entre situaciones sociales y políticas, para superarlas con el objetivo de evitar las desigualdades en derechos y garantizar el bienestar y protección de todos los miembros de la comunidad . Es la solidaridad la que favorece marcos económicos y políticos comunes, que garanticen un contexto de convivencia, paz y prosperidad que debe llegar a todos los ciudadanos y ciudadanas por igual.

En unos momentos en que las posturas reaccionarias y populistas toman un espacio en las sociedades democráticas que puede poner en peligro algunos de estos principios europeos, el hecho de la diversidad cultural cobra relevancia en cuanto a factores variados: la economía europea, por un lado , se beneficia de la inmigración, especialmente para equilibrar las pirámides de edad envejecidas que van avanzando en todo el territorio europeo, pero, por otra parte, se encuentra con posturas reaccionarias a hechos culturales diversos, fundamentados o no en religiones y lenguas que se consideran extranjeras durante generaciones. Para Delors, "la diversidad cultural es una riqueza que debemos preservar y valorar", entendiendo ésta como un sumatorio de historia, valores y tradiciones que enriquecen nuestra experiencia colectiva.

La preservación de los derechos y oportunidades para todos, sea de la cultura de origen que sea, sería un valor europeo que debe encontrar sus vías de expresión, no sólo por justicia universal, sino también para introducir un saludable relativismo en la cultura europea. Lejos del momento en que nos encontramos ahora, en el que “la amenaza del extranjero”, construida artificialmente para hacer prosperar políticas identitarias, está encontrando adeptos entre diversas posturas políticas que cogen fuerza entre la ciudadanía europea.

Los principios de Delors, al contrario, ponen el énfasis en un segundo principio fundador de la Europa moderna, además de la solidaridad. "La justicia social es un principio irrenunciable en la construcción de Europa". Una idea de justicia que representa lo mejor de la ilustración y que debe estar arraigada no sólo en las leyes sino en las instituciones y costumbres sociales. El objetivo de eliminar las barreras que hacen que unas personas tengan menos oportunidades que otras (como es el caso del acceso a la educación), así como los esfuerzos por resolver estas desigualdades debe ser el eje vertebrador de todas las políticas progresistas. Una idea cohesionadora, integradora, que busca el bienestar para todos, independientemente de su origen o condición. Delors pudo ver cómo desde la Unión Europea se han ido desarrollando los derechos colectivos e individuales que han garantizado los estados de bienestar y protección social que él soñaba. Y también ha tenido tiempo que ver las amenazas a las que se enfrentan, desde hace unos diez años.

"La política debe servir a las necesidades de la sociedad, no a los intereses particulares", una frase bien oportuna para resaltar la importancia de poner el bienestar común por encima de los intereses particulares en las decisiones políticas. En su momento, ya señaló que los líderes políticos a menudo están expuestos a presiones de diversos grupos de interés y nos invita a recordar que la verdadera esencia de la política radica en trabajar para satisfacer las necesidades de la sociedad en su conjunto. Es la única forma de conseguir cambios significativos y transformadores que se mantengan en el tiempo. La “calidad” de la política y de las democracias que ahora vemos tambalear en algunos países y que pueden ser la causa de la desafección política y la aparición de movimientos antisistema es uno de los factores de la actualidad que Delors vería con mayor preocupación, hijo como era de unas generaciones políticas que pusieron las bases y las reglas del juego político occidental, fundamentadas en la lealtad y el juego limpio.

Para concretar los principios de solidaridad, justicia social y buen gobierno, Delors era muy partidario de poner de relieve la solidaridad intergeneracional, de la que dijo que es "fundamental para asegurar un futuro sostenible", no sólo en la transmisión de valores y conocimiento , de riqueza y prosperidad, sino también refiriéndose a la preservación del planeta. "Somos guardianes de la Tierra y debemos asumir la responsabilidad de cuidarla y protegerla, no sólo por el bienestar de las generaciones presentes, sino también por el futuro de aquellos que vendrán detrás"

Si “la libertad no puede ser limitada por fronteras” y la solidaridad debe extenderse entre países y a lo largo del tiempo entre generaciones, la hoja de ruta socialdemócrata está claramente dibujada por décadas. Cabe recordar que la libertad es un derecho universal, que no entiende de límites geográficos, que el progreso no debe ser exclusivo para unos privilegiados, que las democracias se construyen a diario, superando obstáculos y con una determinación común. Todos estos rasgos nos definen el sustrato de las civilizaciones, en este caso, la europea, que quedó tan claramente plasmado en el Discurso del presidente Delors en el Debate de Investidura del 10 de febrero de 1993, del que destacamos algunas frases relevantes :

En relación al contexto histórico del momento: Citando a las siguientes palabras del sociólogo Alain Touraine, que recientemente declaró: “Hay quien considera que Europa no sabe promocionarse, pero hay otras razones infinitamente más graves. Acabamos de vivir diez años de liquidación de los antiguos sistemas y de ilusiones ultraliberales. Hoy vivimos en medio de la incertidumbre y el desconcierto. La vida colectiva se ha convertido en algo similar a la meteorología: sube, baja, va, viene… todo parece irracional.” Y, a continuación, añade: “la política carece ya de sentido, y esta deriva puede arrojarnos a cualquier tipo de aguas”.  

“Al margen del desasosiego social al que acabamos de aludir, estas razones, las razones tanto de nuestras dificultades como también de su insatisfacción, si mi interpretación es correcta, son tres. En primer lugar, la crisis económica mundial ha hecho olvidar a nuestros pueblos el formidable impulso que siguió al relanzamiento de la construcción europea, estimulada por el proyecto de constitución del Parlamento Europeo, el objetivo de 1992, las disposiciones dinámicas del Acta Única y el gran acuerdo político y financiero de febrero de 1988. Sin embargo, el ímpetu inicial se ha perdido”.  

“Y, lo que es más grave, el desempleo, que avanza hasta alcanzar todas las categorías de trabajadores, pon en peligro el equilibrio de nuestra sociedad, compromete el financiamiento de los sistemas de protección social y es uno de los factores desencadenantes de un inquietante fenómeno de marginación y exclusión. Nada tiene, pues, de extraño que los pueblos nos pregunten: ¿Son ustedes capaces, ustedes que propugnan una Europa unida, de proponernos un proyecto económico y social que pueda frenar la marea del desempleo y permita recuperar la confianza en el futuro? Ésta es la pregunta a la que debemos dar respuesta, en vez de enzarzarnos en una pugna estéril entre Instituciones”.

En relación con la actuación de la Unión Europea: “A principios de 1993, el cambio de decorado es impresionante. Pese a los progresos efectuados desde 1985, la Comunidad se ha mostrado incapaz de amortiguar en su seno el profundo impacto de la crisis económica, que le afecta en lo más hondo, hasta tal punto que el período de ratificación del nuevo Tratado se ha caracterizado por la inquietud, el escepticismo y, por supuesto, el olvido de todo lo que se había logrado anteriormente. Exceso de euforia en 1990, en medio de la rezaca por la liberación de los países de Europa del Este; exceso de pesadumbre hoy, con la tragedia yugoslava como telón de fondo.

Ante esta situación, seamos sinceros, la práctica de la cooperación entre nuestros doce países ha disminuido en términos generales”.

Ante las crisis: "Simplemente se ha vuelto imposible predecir el futuro a causa de la crisis. Tendremos que poner remedio a esta situación y retomar la iniciativa, conscientes de nuestras fuerzas y debilidades. ¿No es cierto que Lester Thurow, en su obra La Casa Europa, nos ofrece motivos de esperanza? Ésta es una cita suya: «Cualquiera que sean los obstáculos, la casa Europa dispone de la más sólida posición de partida en el tablero económico”.

Situaciones pasadas, presentes y futuras que reflejan elementos comunes en la política europea: avances y retrocesos, movimientos de apertura y cierre, elementos comunes de consenso y divergencias. En cualquier caso, los fundadores dieron suficientes elementos de buena política para avanzar, al ritmo posible y con los equilibrios necesarios. El buen liderazgo y una forma de hacer política común aseguraba la construcción colectiva. ¿Qué puede ocurrir a partir de ahora, con nuevas formas de entender la política, menos democráticas, más disruptivas? ¿Cómo puede afectar a las soberanías de los países miembro, cómo afectará el concepto de ciudadanía europea? ¿Cómo salvar, en definitiva, los avances en derechos y libertades, adaptándonos a la vez a los flujos actuales de las tendencias sociológicas y sus correlaciones políticas? ¿Cómo es el perfil sociopolítico de los nuevos ciudadanos y ciudadanas europeos y, sobre todo, cómo se prevé que sea en el futuro?

Unos principios socialdemócratas renovados y adaptados serán muy útiles como guía para los próximos años en Europa, que encara la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 y que, si se descuida, no superará la prueba.

I.S.N.

Referencias

Discurso del presidente Jacques Delors frente al Parlamento Europeo con motivo del debate de investidura de la nueva Comisión. Estrasburgo, 10 de febrero de 1993.

Jacques Delors y los retos de la UE en 2024 (Diari Ara, 29/12/2023)

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