Eloy Ariza es el responsable de Formación del sindicato de la Policía Local de la UGT en Catalunya (UGT-SPL).

Actualmente nos encontramos en un entorno social y laboral muy competitivo, donde la formación es pieza fundamental para poder movernos en esa vorágine de rivalidad continua.

Cuando hablamos de cómo influye en nuestra vida personal y laboral la formación, estamos hablando de un efecto cualitativo y cuantitativo que será vital para aumentar nuestro perfil competencial y nos dará una visión, más amplia si cabe, de cual podrá ser nuestro futuro y de cómo podemos afrontar nuestro día a día.

Que pasa cuando un joven tiene mucha formación, pero no tiene experiencia y por el contrario que ocurre cuando una persona con experiencia, que ha perdido su trabajo no tiene formación.

Ocurre que en ninguno de los dos casos se dan las condiciones necesarias para tener éxito inmediato en sus pretensiones laborales y sociales. Somos una sociedad acelerada queremos reconocimiento y éxito con prontitud.

¿Que asignatura nos preparó para la frustración?.

La sociedad es cambiante y parece ignorar los antiguos valores que regían en nuestro entorno. Todo va muy rápido y pienso que nos estamos dejando atrás a las personas.

Conocimiento y experiencia son la base, son pilares fundamentales de la competitividad. Los profesionales de cualquier ámbito se forjan trabajando. El día a día es el que nos permite obtener conocimiento y experiencia. Estás dos piezas fundamentales en nuestra vida se adquieren con tiempo, trabajo y esfuerzo.

¿Pero cómo podemos fusionar estos dos valores sin perjudicar al individuo?

Esta pregunta es la que algunos se deberían hacer antes de tomar decisiones que afecten al mundo laboral que nos envuelve. Todos tenemos cabida en esta ecuación

A veces cuando pienso en aquellos libros y películas, más o menos antiguas, que su trama principal se basaba en eliminar personas y sustituirlas por máquinas, me hago la pregunta de si estamos muy lejos de este giro argumental.

Por otro lado, cuando hablamos de formación me cuestiono, de quien depende esta formación, de las empresas, de los sindicatos, de los mandatarios políticos, ¿de los propios trabajadores?

Pienso que todos tenemos responsabilidad, no podemos eludir nuestras competencias y tenemos que dotarnos de un marco transparente de obligaciones. Aquí si que entran de manera clara las formaciones políticas y los sindicatos.

Las empresas quieren ser competitivas y los trabajadores quieren tener condiciones dignas de trabajo. Pues muy bien, si eso es así asumamos responsabilidades.

Si una empresa quiere ser competitiva deberá apostar por sus trabajadores y dotarlos de medios e instrumentos que los capaciten y los hagan estar al día de todas las innovaciones que puedan aparecer. Y de todo ello, el legislador y los sindicatos deberían de ser los garantes.

La legislación laboral tiene mucha importancia en este aspecto, es fundamental.

Muchos autores defienden que las personas, cuando accedemos al mercado laboral, cubrimos el siguiente ciclo en el siguiente orden:

• DESCONOCIMIENTO INCONSCIENTE: No ser consciente de las propias limitaciones. Pensamos que sabemos mucho más de lo que realmente sabemos.
• DESCONOCIMIENTO CONSCIENTE: Después de los primeros “sinsabores” empezamos a ser conscientes de nuestra inmadurez e ignorancia.
• CONOCIMIENTO CONSCIENTE: Empezamos a formarnos y a sumar experiencias: Comenzamos a cubrir lagunas de nuestro desempeño profesional.
• CONOCIMIENTO INCONSCIENTE: Fruto de la experiencia y la formación llega un momento en el que “sabemos” más de lo que creemos. Este último nivel se suele corresponder con un profesional maduro y hecho, consciente de sus limitaciones y fortalezas y, también, conocedor de cómo mejorar en aquello que más le interese en cada momento.

Si reflexionamos sobre estás afirmaciones algunos de nosotros nos podremos ver reflejados en ellas.

Por eso, la frase de Mahatma Gandhi, “vive como si fueses a morir mañana, aprende como si fueses a vivir para siempre”, si es analizada con detenimiento se podría extraer una lección de vida.           

La formación continua es la garantía para no estancarse, para abrir la mente y descubrir otros horizontes. Horizontes que unas veces están en el exterior y otras en nuestro interior.

Y el conocimiento, hoy, ya no es sólo imprescindible para el individuo, sino que es vital para la sociedad. No sólo por las repercusiones económicas que puede tener una población con una buena formación, también porque la ignorancia, el inmovilismo y la ausencia de pensamiento crítico es la causa de muchos de los males que nos encontramos en cualquier rincón del planeta.

Actualmente vivimos en la sociedad de la información con conocimientos múltiples e inciertos y siempre en un cambio constante. Ya no existen verdades absolutas y conocimientos duraderos, como dice Zygmunt Bauman, sociólogo y filósofo creador del concepto de modernidad líquida “Vivimos en tiempos de acelerados cambios socioculturales provocados en parte por el impacto transformador de las tecnologías digitales. Son tiempos líquidos y la educación requiere nuevos modelos para construir una identidad digital como sujetos con capacidad de sobrevivir y surfear en estas aguas turbulentas”

Tenemos que reflexionar y saber que queremos ser de mayores, hacia donde vamos.

La sociedad en general está muy divida y no tiene claro el rumbo a seguir. La derecha contra la izquierda, los jóvenes contra los mayores, unos contra los otros. No nos damos cuenta de que todos nos necesitamos.

Reflexión, conocimiento, análisis, formación. No dejemos enfermar la sociedad. busquemos entre todos mejorarla y mirar hacia delante.